Semana 3: La templanza nos ayuda a buscar el bien en nuestro matrimonio.
«El fruto del Espíritu es: amor, alegría, paz, paciencia, afabilidad, bondad, fidelidad, mansedumbre, dominio de sí». Gal 5,22-23
Criterio para iluminar el día
La templanza me purifica y me dispone para la reconciliación.
Acciones concretas
Acogeré con fe el perdón y la misericordia de Dios:
- Conociendo y aceptando mi propia historia desde una visión de fe.
- Meditando las parábolas de la misericordia de Dios (Lc 15,4-24), reflexionaré en su amor ante situaciones de tristeza, ansiedad o temor.
- Me acercaré al Sacramento de la Reconciliación para recibir la gracia del perdón y la fortaleza espiritual para luchar contra las tentaciones.
Oración de la semana
Para servir[1]
Oh Cristo, para poder servirte mejor
dame un noble corazón.
Un corazón fuerte
para aspirar por los altos ideales
y no por opciones mediocres.
Un corazón generoso en el trabajo,
viendo en él no una imposición
sino una misión que me confías.
Un corazón grande en el sufrimiento,
siendo valiente soldado ante mi propia cruz
y sensible cirineo para la cruz de los demás.
Un corazón grande para con el mundo,
siendo comprensivo con sus fragilidades
pero inmune a sus máximas y seducciones.
Un corazón grande con los hombres,
leal y atento para con todos
pero especialmente servicial y delicado
a los pequeños y humildes.
Un corazón nunca centrado sobre mí,
siempre apoyado en ti,
feliz de servir a mis hermanos,
¡Oh, mi Señor!,
todos los días de mi vida. Amén.
[1] P. Ignacio Larrañaga, Encuentro. Manual de Oración, n. 59