Transcripción del audio:
Que tal amigos, soy Erica, y yo soy Edgardo. Bienvenidos a Familiaris. Un espacio para crecer en nuestro matrimonio, como esposos y como padres. Y como saben este mes estamos reflexionando acerca de la prudencia, y esta semana en cómo discernir nuestro actuar a la luz de la verdad.
Cómo recordamos en el audio pasado hablábamos que para vivir la prudencia, necesitamos mirar la realidad con objetividad, buscando siempre la verdad para poder juzgar lo bueno o lo malo que hay en ella, y así poder actuar después de haber discernido. ¿Y cómo saber qué esta bien y qué esta mal? En Dios encontramos esa verdad, esa palabra que nos va a llevar a vivir de acuerdo a ella. Nos damos cuenta de que la mayoría de los problemas que enfrentamos en la vida del matrimonio, siempre es por falta de prudencia, porque no sabemos callar, queremos imponer nuestras ideas, yo creo que nos dejamos llevar por emociones, como la cólera, y decimos cosas que hieren al otro.
Hay que entender también que vivimos en ritmo acelerando, como el trabajo, los hijos, las tareas diarias, los gastos, y nos encontramos también estresados, a veces estamos ansiosos, irritables, y lamentablemente, esto trae como consecuencia que seamos menos tolerante y no sepamos actuar ni responder de una forma prudente, y lamentablemente la primera víctima de todo esto por lo general es nuestro esposo, y hemos aprendido a herir al otro, sabemos qué decir para disparar la cólera del otro, sabemos, por ejemplo, que a veces nuestro silencio les afecta, y lo usamos como armas, pero qué ganamos, qué ejemplo damos a las personas que están al rededor nuestro, nuestros hijos finalmente. Yo creo que aquí la clave es reconocer que con la ayuda de Dios podemos llegar a tener un auto control y que para eso podemos dialogar con nuestra pareja, para juntos tomar decisiones pequeñas o grandes a la luz de la verdad del Señor.
Y aveces no somos conscientes, a veces decimos «Pero en qué momento no soy prudente», en qué momento crees que no eres prudente Edgardo, por ejemplo cuando corrijo las faltas de mi esposa con cólera, otra falta de prudencia es cuando uno habla sus intimidades, o te juntas con las amigas y empieza el desfile de criticas del esposo. y lo otro que debo comentar era que por ejemplo una vez que pasa la pelea, una vez que ya viene la reconciliación, que bonito es reconciliarse, te olvidas de todo, y justamente quizá es lo que no deberemos hacer, nos hablamos nuevamente, todo vuelve a la normalidad, pero nunca se pregunta uno como empezó la pelea, que debí decir, qué no debí decir. Lo que pasa es que yo creo que manejamos el problema con la misma velocidad y vehemencia de nuestro día a día.
Aquí podría citar el ejemplo de una empresa, cuando tienen un accidente se hace prácticamente una investigación, se revisa la cámara de seguridad, se entrevista a las personas, se revisa las herramientas que se utilizaron, la empresa se preocupa por finalmente preguntarse qué paso para que no se vuelva a repetir, buscan identificar el error, dónde estuvo la falta, cual fue el error que inicio todo este problema, y nosotros en el caso de pareja, que hacemos, olvidarlo, borrón y cuenta nueva, cuando ahí realmente lo que debemos hacer es sentarnos y preguntarnos qué paso, requiere mucha madurez de parte de ambos. Acordémonos también que tenemos una ventaja, que es que estamos hablando de dos personas que se aman, que se quieren, que se conocen, y que finalmente su amor es bendecido por Dios, y Él siempre derramará gracias infinitas a nuestras familias.
Bueno amigos los invitamos a conversar con su pareja, y a reconocer en que momento no vivimos la prudencia, los invitamos también a darle like a la página de Familiaris en Facebook, en donde tenemos una serie de contenido que pueden servirle mucho para sacar a delante esta empresa que es la más importante para la que trabajamos que es finalmente nuestra familia. Muchas gracias, por escucharnos.