Transcripción del audio:
Que tal amigos, esto es Familiaris. Yo soy Edgardo, y yo soy Erica, y en esta oportunidad continuamos reflexionando sobre la prudencia, actuar de acuerdo a lo discernido, y cómo vivirlo con nuestra pareja y con nuestra familia. Y obviamente para actuar de acuerdo a lo discernido necesito de la Gracia de Dios, para no dejarme llevar por mis impulsos.
Recordemos que la prudencia es saber actuar de acuerdo a lo que vemos que está bien o que está mal, pero quién nos dice qué está bien y qué está mal, y aquí hay que nos dice la verdad es Dios. Y que importante es enseñarle esto a nuestros hijos, ya que muchas veces para actuar correctamente tienes que tener coraje, y esto ellos lo van a vivir sin duda cuando sean más grandes, cuando sean adolescentes y cuando salgan con el grupo de amigos, tienen que fortalecer esta virtud desde chicos y para ello no solamente hay que conversar con ellos, si no que tienen que ver nuestros ejemplos. Y es como esa frase que a mi me gusta decirle a mis hijos, lo que está bien, está bien así no lo haga nadie, y lo que está mal, está mal así lo hagan todos, y hay que educar a nuestros hijos en la prudencia, a veces con preguntas como por ejemplo: ¿Qué pasa si vas a esa fiesta? ¿Qué pasa si no terminas tu tarea? ¿Será bueno ser tal o cuál cosa? y esperar de ellos una respuesta, y si vemos que la respuesta es positiva, pues los motivamos a que lo cumplan, y obviamente luego recibiendo siempre el reconocimiento nuestro por sus buenas acciones. Tenemos que enseñar a nuestros hijos lo que está bien y que en Dios lo van a encontrar.
Además no hay que olvidarnos que la prudencia es un ejercicio, no es algo que te sale naturalmente, hay que ejercitarnos, hay que ser conscientes de cuándo la aplicamos, en qué momento somos prudentes, y en qué momento hemos actuado por impulso. Y no pasar por alto que nuestros hijos están aprendiendo a vivir y hay cosas que de repente nosotros damos por sentadas que ellos todavía no lo saben, como por ejemplo, en el tema material,decirles claramente que no se logra nada sin trabajo, sin esfuerzo, en el caso de manejo del dinero, gastar en lo necesario, no hacer las tentaciones de los bienes propios o de los bienes ajenos, cosas que de hecho les van a ayudar para la vida.
Y cuando son chiquitos, por ejemplo, que no manejan dinero, sí les podemos enseñar a ser prudentes como el uso correcto de los recursos, cuidar el agua, cuidar la energía, cuantas veces ha pasado que los llamamos a comer y dejan el televisor prendido, y el televisión se queda prendido dos horas, porque se olvidaron que estaba prendido y se pusieron a jugar, o no desconectan el cargador del celular por ejemplo, o incluso usan el celular en la mesa, hasta esas cosas tienen que ver con la prudencia.
Y felicitarlos siempre por su buen comportamiento, pero que difícil puede ser para los padres reconocer en ellos una buena acción, una buena actitud, hoy esto lo hiciste bien, estoy orgulloso de ti, eso es algo que creo que nunca debemos olvidar, pero felizmente no estamos solos, tenemos la ayuda de Dios, tenemos que pedirle que nos ayude a ser prudentes y que nuestra familia esté en una verdadera escuela de prudencia, y ser conscientes de la responsabilidad que tenemos con nuestras manos, al ser padres.
Bueno nos vamos Erica, no se olviden seguirnos en Facebook y sugerirnos de qué tema les gustaría que conversemos, visita la página y revise los medios concretos que nos ayudarán a vivir mejor la prudencia. Nos vemos.