Lecturas del día

Lecturas del Martes de la 30ª Semana del Tiempo Ordinario (I)

Rom 8,18-25 / Sal 125,1-2ab.2cd-3.4-5.6 (R.: 3a) / Lc 13,18-21

PRIMERA LECTURA

La creación, expectante, está aguardando la plena manifestación de los hijos de Dios.

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos     8,18-25

Sostengo que los sufrimientos de ahora no pesan lo que la gloria que un día se nos descubrirá. Porque la creación, expectante, está aguardando la plena manifestación de los hijos de Dios; ella fue sometida a la frustración, no por su voluntad, sino por uno que la sometió; pero fue con la esperanza de que la creación misma se vería liberada de la esclavitud de la corrupción, para entrar en la libertad gloriosa de los hijos de Dios. Porque sabemos que hasta hoy la creación entera está gimiendo toda ella con dolores de parto. Y no sólo eso; también nosotros, que poseemos las primicias del Espíritu, gemimos en nuestro interior, aguardando la hora de ser hijos de Dios, la redención de nuestro cuerpo. Porque en esperanza fuimos salvados. Y una esperanza que se ve ya no es esperanza. ¿Cómo seguirá esperando uno aquello que ve? Cuando esperamos lo que no vemos, aguardamos con perseverancia.

Palabra de Dios.

Salmo responsorial

Sal 125,1-2ab.2cd-3.4-5.6 (R.: 3a)

R/. El Señor ha estado grande con nosotros.

Cuando el Señor cambió la suerte de Sión, 
nos parecía soñar: 
la boca se nos llenaba de risas, 
la lengua de cantares. R/.

Hasta los gentiles decían: 
«El Señor ha estado grande con ellos.» 
El Señor ha estado grande con nosotros, 
y estamos alegres. R/.

Que el Señor cambie nuestra suerte, 
como los torrentes del Negueb. 
Los que sembraban con lágrimas 
cosechan entre cantares. R/.

Al ir, iba llorando, 
llevando la semilla; 
al volver, vuelve cantando, 
trayendo sus gavillas. R/.

EVANGELIO

Crece el grano y se hace un arbusto.

Lectura del santo evangelio según san Lucas     13,18-21

En aquel tiempo, decía Jesús:
—¿A qué se parece el reino de Dios? ¿A qué lo compararé?
Se parece a un grano de mostaza que un hombre toma y siembra en su huerto; crece, se hace un arbusto y los pájaros anidan en sus ramas.
Y añadió:
—¿A qué compararé el reino de Dios?
Se parece a la levadura que una mujer toma y mete en tres medidas de harina, hasta que todo fermenta.»

Palabra del Señor.