En las misas que se celebran el día de la Navidad se utilizan los formularios aquí señalados; no obstante, se permite elegir las lecturas más aptas de una de las tres misas, teniendo en cuenta la conveniencia pastoral de cada asamblea.
Is 62,11-12 / Sal 96,1 y 6.11-12 / Tito 3,4-7 / Lc 2,15-20
PRIMERA LECTURA
Mira a tu Salvador que llega
Lectura del libro de Isaías 62,11-12
Esto es lo que proclama el Señor
hasta el extremo de la tierra:
«Digan a la hija de Sión:
Mira a tu Salvador que llega,
el premio de su victoria lo acompaña,
la recompensa lo precede;
los llamarán “Pueblo santo”,
“Redimidos del Señor,
y a ti te llamarán “Buscada”,
“Ciudad no abandonada”».
Palabra de Dios.
Salmo responsorial
Sal 96,1 y 6.11-12
R. Hoy brillará una luz sobre nosotros,
porque nos ha nacido el Señor.
El Señor reina, la tierra goza,
se alegran las islas innumerables.
Los cielos pregonan su justicia,
y todos los pueblos contemplan su gloria. R.
Amanece la luz para el justo,
y la alegría para los rectos de corazón.
Alégrense, justos, con el Señor,
celebren su santo nombre. R.
SEGUNDA LECTURA
Según su propia misericordia nos ha salvado.
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a Tito 3,4-7
Ahora se ha manifestado la bondad de Dios, nuestro Salvador, y su amor a los hombres; no por nuestras buenas obras, sino que en virtud de su misericordia nos ha salvado, por medio del bautismo y la renovación por el Espíritu Santo; Dios lo derramó abundantemente sobre nosotros por medio de Jesucristo, nuestro Salvador.
Así, salvados por su gracia, tengamos la esperanza de recibir la vida eterna.
Palabra de Dios.
Aleluya Lc 2,14
Gloria a Dios en el cielo,
y en la tierra paz a los hombres que ama el Señor.
EVANGELIO
Los pastores encontraron a María y a José, ya al niño.
+ Lectura del santo Evangelio según san Lucas 2,15-20
Cuando los ángeles los dejaron y subieron al cielo, los pastores se decían unos a otros:
—«Vamos a Belén, a ver eso que ha sucedido y que nos ha comunicado el Señor».
Fueron corriendo y encontraron a María y a José, y al niño acostado en el pesebre. Al verlo, contaron lo que les habían dicho de aquel niño.
Todos los que lo oían se admiraban de lo que decían los pastores. Y María conservaba todas estas cosas, meditándolas, en su corazón. Los pastores se volvieron dando gloria y alabanza a Dios por lo que habían visto y oído; todo como les habían dicho.
Palabra del Señor.