Prov 21,1-6.10-13 / Sal 118,1.27.30.34.35.44 (R.: 35a) / Lc 8,19-21
PRIMERA LECTURA
Diversas sentencias.
Lectura del libro de los Proverbios 21,1-6.10-13
El corazón del rey es una acequia en manos de Dios,
la dirige adonde quiere.
Al hombre le parece siempre recto su camino,
pero es Dios quien pesa los corazones.
Practicar el derecho y la justicia
Dios lo prefiere a los sacrificios.
Ojos altivos, mente ambiciosa,
el pecado es el distintivo de los malvados.
Los planes del diligente traen ganancia,
los del atolondrado traen indigencia.
Tesoros ganados por boca embustera
son humo que se disipa y lazos mortales.
Afán del malvado es buscar el mal,
no mira con piedad a su prójimo.
Cuando el cínico la paga, aprende el inexperto,
pero el sensato aprende con la experiencia.
El honrado observa cómo la casa del malvado
precipita al malvado en la ruina.
Quien cierra los oídos al clamor del necesitado
no será escuchado cuando grite.
Palabra de Dios.
Salmo responsorial
Sal 118,1.27.30.34.35.44 (R.: 35a)
R/. Guíame, Señor, por la senda de tus mandatos.
Dichoso el que, con vida intachable,
camina en la voluntad del Señor.R/.
Instrúyeme en el camino de tus decretos,
y meditaré tus maravillas. R/.
Escogí el camino verdadero,
deseé tus mandamientos. R/.
Enséñame a cumplir tu voluntad
y a guardarla de todo corazón. R/.
Guíame por la senda de tus mandatos,
porque ella es mi gozo. R/.
Cumpliré sin cesar tu voluntad,
por siempre jamas. R/.
EVANGELIO
Mi madre y mis hermanos son estos: los que escuchan la palabra de Dios y la ponen por obra.
+ Lectura del santo evangelio según san Lucas 8,19-21
En aquel tiempo, vinieron a ver a Jesús su madre y sus hermanos, pero con el gentío no lograban llegar hasta él.
Entonces lo avisaron: «Tu madre y tus hermanos están fuera y quieren verte.»
Él les contestó: «Mi madre y mis hermanos son éstos: los que escuchan la palabra de Dios y la ponen por obra.»
Palabra del Señor.