Lecturas del día

Lecturas del Lunes de la 26ª semana del Tiempo Ordinario (II)

Job 1,6-22 / Sal 16,1.2-3.6-7 (R.: 6b) / Lc 9,46-50

PRIMERA LECTURA

El Señor me lo dio, el Señor me lo quitó, bendito sea el nombre del Señor.

Lectura del libro de Job     1,6-22

Un día, fueron los ángeles y se presentaron al Señor; entre ellos llegó también Satanás. 
El Señor le preguntó:
—¿De dónde vienes?
Él respondió:
—De dar vueltas por la tierra.
El Señor le dijo:
—¿Te has fijado en mi siervo Job?
En la tierra no hay otro como él:
es un hombre justo y honrado,
que teme a Dios y se aparta del mal.
Satanás le respondió:
—¿Y crees que teme a Dios de balde?
¡Si tú mismo lo has cercado y protegido,
a él, a su hogar y todo lo suyo!
Has bendecido sus trabajos,
y sus rebaños se ensanchan por el país.
Pero extiende la mano, daña sus posesiones,
y te apuesto a que te maldecirá en tu cara.
El Señor le dijo:
—Haz lo que quieras con sus cosas,
pero a él no lo toques.
Y Satanás se marchó.

Un día que sus hijos e hijas comían y bebían en casa del hermano mayor, llegó un mensajero a casa de Job y le dijo:
—Estaban los bueyes arando y las burras pastando a su lado, cuando cayeron sobre ellos unos sabeos, apuñalaron a ¡os mozos y se llevaron el ganado. Sólo yo pude escapar para contártelo.

No había acabado de hablar, cuando llegó otro y dijo:
—Ha caído un rayo del cielo que ha quemado y consumido tus ovejas y pastores. Sólo yo pude escapar para contártelo.

No había acabado de hablar, cuando llegó otro y dijo:
—Una banda de caldeos, dividiéndose en tres grupos, se echó sobre los camellos y se los llevó, y apuñaló a los mozos. Sólo yo pude escapar para contártelo.

No había acabado de hablar, cuando llegó otro y dijo:
—Estaban tus hijos y tus hijas comiendo y bebiendo en casa del hermano mayor, cuando un huracán cruzó el desierto y embistió por los cuatro costados la casa, que se derrumbó y los mató. Sólo yo pude escapar para contártelo.

Entonces Job se levantó, se rasgó el manto, se rapó la cabeza, se echó por tierra y dijo:

Desnudo salí del vientre de mi madre,
y desnudo volveré a él.
El Señor me lo dio, el Señor me lo quitó,
bendito sea el nombre del Señor.

A pesar de todo, Job no protestó contra Dios.

Palabra de Dios.

Salmo responsorial

Sal 16,1.2-3.6-7 (R.: 6b)

R/. Inclina el oído y escucha mis palabras.

Señor, escucha mi apelación, 
atiende a mis clamores, 
presta oído a mi súplica, 
que en mis labios no hay engaño. R/.

Emane de ti la sentencia, 
miren tus ojos la rectitud. 
Aunque sondees mi corazón, 
visitándolo de noche, 
aunque me pruebes al fuego, 
no encontrarás malicia en mí. R/.

Yo te invoco porque tú me respondes, Dios mío; 
inclina el oído y escucha mis palabras. 
Muestra las maravillas de tu misericordia, 
tú que salvas de los adversarios 
a quien se refugia a tu derecha. R/.

EVANGELIO

El más pequeño de vosotros es el más importante.

Lectura del santo evangelio según san Lucas     9,46-50

En aquel tiempo, los discípulos se pusieron a discutir quién era el más importante.

Jesús, adivinando lo que pensaban, cogió de la mano a un niño, lo puso a su lado y les dijo:
—El que acoge a este niño en mi nombre me acoge a mí; y el que me acoge a mí acoge al que me ha enviado. El más pequeño de vosotros es el más importante.

Juan tomó la palabra y dijo:
—Maestro, hemos visto a uno que echaba demonios en tu nombre y, como no es de los nuestros, se lo hemos querido impedir.

Jesús le respondió:
—No se lo impidáis; el que no está contra vosotros está a favor vuestro.

Palabra del Señor.