Lecturas del día

Lecturas del Domingo de la 20ª Semana del Tiempo Ordinario (A)

Is 56,1.6-7 / Sal 66,2-3.5-6 y 8 (R.: 4) / Rom 11,13-15.29-32 / Mt 15,21-28

PRIMERA LECTURA

A los extranjeros los traeré a mi monte santo.

Lectura del libro de Isaías     56,1.6-7

Así dice el Señor: «Guardad el derecho, practicad la justicia, que mi salvación está para llegar, y se va a revelar mi victoria. A los extranjeros que se han dado al Señor, para servirlo, para amar el nombre del Señor y ser sus servidores, que guardan el sábado sin profanarlo y perseveran en mi alianza, los traeré a mi monte santo, los alegraré en mi casa de oración, aceptaré sobre mi altar sus holocaustos y sacrificios; porque mi casa es casa de oración, y así la llamarán todos los pueblos.»

Palabra de Dios.

Salmo responsorial

Sal 66,2-3.5-6 y 8 (R.: 4)

R/. Oh Dios, que te alaben los pueblos, que todos los pueblos te alaben.

El Señor tenga piedad y nos bendiga, 
ilumine su rostro sobre nosotros; 
conozca la tierra tus caminos, 
todos los pueblos tu salvación. R/.

Que canten de alegría las naciones, 
porque riges el mundo con justicia, 
riges los pueblos con rectitud 
y gobiernas las naciones de la tierra. R/. 

Oh Dios, que te alaben los pueblos, 
que todos los pueblos te alaben. 
Que Dios nos bendiga; 
que le teman hasta los confines del orbe. R/.

SEGUNDA LECTURA

Los dones y la llamada de Dios son irrevocables para Israel.

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos     11,13-15.29-32

Os digo a vosotros, los gentiles: Mientras sea vuestro apóstol, haré honor a mi ministerio, por ver si despierto emulación en los de mi raza y salvo a alguno de ellos. Si su reprobación es reconciliación del mundo, ¿qué será su reintegración sino un volver de la muerte a la vida? Pues los dones y la llamada de Dios son irrevocables. Vosotros, en otro tiempo, erais rebeldes a Dios; pero ahora, al rebelarse ellos, habéis obtenido misericordia. Así también ellos, que ahora son rebeldes, con ocasión de la misericordia obtenida por vosotros, alcanzarán misericordia. Pues Dios nos encerró a todos en la rebeldía para tener misericordia de todos.

Palabra de Dios.

EVANGELIO

Mujer, qué grande es tu fe.

+ Lectura del santo evangelio según san Mateo     15,21-28

En aquel tiempo, Jesús se marchó y se retiró al país de Tiro y Sidón. 
Entonces una mujer cananea, saliendo de uno de aquellos lugares, se puso a gritarle: «Ten compasión de mí, Señor, Hijo de David. Mi hija tiene un demonio muy malo.» Él no le respondió nada. 
Entonces los discípulos se le acercaron a decirle: «Atiéndela, que viene detrás gritando.» 
Él les contestó: «Sólo me han enviado a las ovejas descarriadas de Israel.» 
Ella los alcanzó y se postró ante él, y le pidió: «Señor, socórreme.» 
Él le contestó: «No está bien echar a los perros el pan de los hijos.» 
Pero ella repuso: «Tienes razón, Señor; pero también los perros se comen las migajas que caen de la mesa de los amos.» 
Jesús le respondió: «Mujer, qué grande es tu fe: que se cumpla lo que deseas.» 
En aquel momento quedó curada su hija.

Palabra de Señor.