Opinión Recomendamos

Segunda parte: ¿En qué Iglesia nos vamos a casar?

Novios-Iglesia

Por P. Alejandro Gallego

Casi todas las parejas de novios emprenden la búsqueda de una iglesia bonita para casarse. Se ponen en la tarea de recorrer varias iglesias de la ciudad hasta encontrar aquella que les parece adecuada. En este segundo artículo quiero ayudarte a tomar una buena decisión:

Lo primero que debes considerar es que el sacramento del matrimonio es un sacramento abierto a la comunidad cristiana, es decir, aquel día los dos se comprometerán el uno con el otro públicamente, ante la comunidad cristiana presente y reunida en la iglesia. Por ello, es recomendable que se casen en la iglesia del barrio o zona donde han decidido vivir como esposos y formar una familia, pues será esa iglesia la que más frecuentarán y cuyo párroco será quien los acompañe como familia, y el que posiblemente bautice a sus hijos, etc, etc.

Esto va en la misma línea del artículo anterior: Es importante entrar en relación con el párroco de la zona en la que vivirán. Pues será tu párroco.

Por lo tanto la belleza del templo no debe ser el único criterio que debes considerar sino pensar también en que además de tu familia y amigos hay una comunidad de fieles que caminará contigo y de la cual participarás de una u otra manera.

Te quiero dar además algunos consejos con respecto al templo. Algunos de estos consejos son para nosotros los sacerdotes y otros para ustedes que están organizando su ceremonia:

Piensa que la mayoría de iglesias son de gran tamaño pues están pensadas para recibir gran cantidad de fieles en la Eucaristía dominical pero tus familiares y amigos difícilmente llegarán a ser tantos, por más que repartas cinco mil partes de invitación. Muchos novios esperan que la iglesia esté llena pero en la mayoría de los casos eso no se da (lastimosamente una buena parte de los invitados irán directo a la fiesta). Por ello quizás valga la pena que haya un acomodador que ubique a los participantes en las primeras bancas de la Iglesia para “reunir fuerzas y no dispersarlas”. Incluso en estos casos el recorrido de ingreso del novio y de la novia hasta el altar lo podrían hacer desde la mitad de la Iglesia… es una sugerencia.

Por otro lado la gran belleza de la celebración está en la liturgia. En este aspecto algunas iglesias están muy bien implementadas pero debo reconocer con lástima que muchas otras no lo están. En algunas iglesias que he visitado para celebrar la Eucaristía no cuentan con lo necesario o las cosas están viejas, descuidadas, manchadas. Eso le quitará brillo y realce a la celebración de tu matrimonio. Si por ejemplo el sacerdote celebra con vestimenta descolorida y mal puesta, con un misal roto, con manteles manchados, con velas gastadas, la celebración pierde lucidez. Eso es algo que nos corresponde cuidar a nosotros los sacerdotes, pero si das una miradita a eso, no está de más, y podrías darle una manito al sacerdote que se ha acostumbrado a celebrar la Misa de esa manera.

El sonido también es importante, hay iglesias donde el sistema de audio es muy bueno y hay otras en que se escucha muy mal, en algunos lugares al sacerdote no se le entiende nada de lo que dice porque los micrófonos o los parlantes no son adecuados. Por eso es que muchos coros musicales que tocan y cantan en matrimonios llevan su propio sonido: consola, parlantes, micrófonos, de mejor calidad que lo que tiene la iglesia. Sin embargo, eso trae un problema: Que la música termina siendo a veces estridente y hasta incómoda y pierden fuerza y realce aspectos más esenciales de la ceremonia. Ya me ha pasado varias veces… En todo caso hay que buscar un equilibrio.

En el matrimonio se deben escuchar bien las lecturas, la homilía del sacerdote, el compromiso matrimonial, y por supuesto toda la Misa. Esto ayudará mucho para una buena celebración litúrgica.

Ya tendremos tiempo para hablar mejor de los coros y de la música… por ahora los dejo con estos consejos para que los tengan en cuenta… Que el Señor los bendiga.