Lima, 17/11/17 (MVC Noticias – Perú). Del 2 al 5 de noviembre se llevó a cabo el I Congreso Internacional ‘Los desafíos que vivimos hoy’ donde participaron diversos adultos jóvenes del Movimiento de Vida Cristiana (MVC) en el mundo. En esta oportunidad, Familia Sodálite Noticias conversó con Matías Quer, coordinador de dicho evento, quien nos cuenta – con mayor profundidad – acerca de la inspiración y los frutos de este importante evento.
● ¿Cómo nació la idea de hacer un congreso para adultos jóvenes?
Esta propuesta, creo, viene de dos lados. En primer lugar, por la situación que viene dándose entre los adultos jóvenes del mundo, la Iglesia y el MVC. Antes la gente se casaba más joven, por ello el Movimiento tenía un enfoque muy juvenil para escolares o universitarios quienes, no mucho tiempo después, pasaban a los grupos de Nazaret, a casarse, etc.
Hoy en día, ese espacio entre el fin de la universidad y el matrimonio es más largo. Por eso nace este grupo, teniendo sus propias necesidades y desafíos espirituales y emocionales. Eso empezó
a pasar en distintos lugares por su cuenta. Asimismo, la IV Asamblea Plenaria del MVC, desarrollada a inicios de 2015, identificó esto y lo propuso en su documento final como un campo importante de atender.
● ¿Qué es un adulto jóven para MVC o la familia espiritual?
Esa pregunta fue una de las que más conversamos y discutimos en el congreso, y vamos a publicar una definición breve sobre ello junto a una serie de características que la mayoría de
adultos jóvenes suelen tener, pero que no son absolutas para todos, como la edad. La mayoría ya han terminado, o están terminando, sus estudios de pregrado (y algunos de postgrado) o ya trabajan con algún tiempo de experiencia laboral. Dentro del MVC, los adultos jóvenes también se caracterizan por su discernimiento vocacional.
Casi todos ya han discernido su vocación, y la gran mayoría hacia el matrimonio. Muchos han pasado por un proceso de discernimiento y formación en el Sodalicio de Vida Cristiana, La
Fraternidad Mariana de la Reconciliación o en Las Siervas del Plan de Dios; y ya han descubierto el estado de vida al que Dios los llama y están tratando de responder a ello. Por el lado espiritual, están descubriendo su propio lenguaje con Dios, cómo relacionarse con Él y qué actividades espirituales les responden más. Este también fue un ítem importante del congreso.
Asimismo, algo que los describe es la forma de su apostolado en sus diferentes espacios laborales. A diferencia de los más muchachos, los adultos jóvenes pasan su apostolado a través del testimonio a sus compañeros de trabajo y su despliegue de talentos en sus labores cotidianas.
● ¿Sobre qué tema se desarrolló el congreso? ¿Por qué se escogió ese?
Le pusimos el lema: ‘Los desafíos que vivimos hoy’ porque los adultos jóvenes nos encontramos actualmente con una serie de desafíos específicos que podrían mantenerse y repetirse en futuras generaciones para alcanzar la santidad, tema en el que también se abordó durante las actividades del congreso.
Este lema lo desarrollamos en seis aspectos. El primero fue los adultos jóvenes en el MVC, los adultos jóvenes en la Iglesia y el mundo, donde hablamos mucho sobre cómo nosotros, como católicos, nos debemos insertar en el mundo. Luego conversamos sobre la vida espiritual y cómo renovarnos y cómo encontrar nuestro lenguaje; también sobre la vocación, tema muy recurrente entre nosotros por el tema del matrimonio, el encontrar pareja, la soltería, etc.
Después sobre nuestra inserción en el mundo y cómo, como católicos, debemos hacer apostolado en nuestros trabajos, política y más. Y hablamos sobre la vida comunitaria y la amistad, porque muchos se descubrían solos o sin alguna instancia del MVC que pueda acogerlos.
● ¿Cuál crees que ha sido el tema más importante o el que haya calado más en los
asistentes?
La mayoría del interés de los adultos jóvenes se dirige hacia su discernimiento y descubrimiento vocacional. Por eso propuse que algunos temas giraran alrededor de la vocación. Por ejemplo: ‘Vida espiritual desde la vocación’, ‘Inserción en el mundo desde mi vocación como casado’ y más.
También encontré amplio interés en el tema de la formación y saber cómo actuar frente al mundo. Es más, ya hay un proyecto de hacer un curso de Doctrina Social de la Iglesia para los adultos jóvenes, donde buscaremos expertos que nos guíen en ese tema.
Y el tema de la vida espiritual, especialmente en el reencuentro con Jesús, volver al primer amor, volver a ese encuentro con Dios cuando éramos jóvenes, niños o entramos al MVC, y a partir de esa experiencia, volver a hacer apostolado.
● ¿Existe algún santo o modelo de santidad para el adulto jóven?
Muchos de los santos que se escogen como patrones de las Jornadas Mundiales de la Juventud tienen que ver y enseñar a los adultos jóvenes. Por ello, podría referirme a modelos como Pier
Giorgio Frassati, Chiara Badano, entre otros. Pero en Chile, tuvimos de cerca a San Alberto Hurtado quien, a pesar de no haber sido laico ni adulto joven al momento de su muerte, tiene muchas reflexiones acerca de la inserción en el mundo, nuestro rol en la política, la intervención social, etc. De esta manera nos sirvió y inspiró con su vida y obra durante todo el congreso.
● ¿Qué frutos crees que ha dejado el congreso hasta ahora?
El primer fruto, o regalo, ha sido el haber podido encontrarnos. Es decir, fuimos más de 50 personas de ocho distintos países, donde algunos se descubrían solos, pudimos compartir, formar una amistad, rezar juntos, y poder vivir la unidad de la Iglesia y del MVC lo considero como un fruto por sí mismo que nos ha renovado en la fe.
Esto mismo ha logrado que muchos de los adultos jóvenes que participamos estén ahora organizando diferentes actividades en sus países para que los demás también puedan volver a encontrarse con Jesús.
Y gracias a los temas meditados en el congreso, hemos descubierto que tenemos muchos desafíos para los cuales debemos formarnos para ellos, aceptar nuestra realidad y comprometernos con ella.
● ¿Qué puede aportar un adulto joven al MVC y la familia espiritual?
Yo creo que puede aportar lo mejor de su ser joven y lo mejor de su ser adulto. Como nos encontramos en esta etapa, por así decirlo, intermedia, tenemos el entusiasmo, la fuerza, la creatividad y, el ardor que compartimos con los más jóvenes. Y a eso le sumamos la madurez, la formación, nuestros aportes profesionales y académicos que tienen los adultos. Así, nosotros podemos, creo yo, aportar lo mejor de ambas etapas de la vida. Creemos que podemos aportar en diversos aspectos de liderazgo y formación con el ímpetu y entusiasmo de los jóvenes.
● ¿Qué actividades están planeando para los adultos jóvenes o para el resto de la
familia espiritual?
Junto con algunos de los que asistieron al congreso, estamos trabajando en hacer un resumen de lo que meditamos y vivimos para sacar un documento y difundirlo en el MVC y que todos
sepan los temas que tocamos y las conclusiones que tenemos del mismo. Por otro lado, los demás que estuvieron presentes se están organizando, en sus propios países,
para transmitir las experiencias y frutos del congreso al resto de los adultos jóvenes de sus localidades. Así están ya desarrollando algunas actividades de compartir con quienes no pudieron asistir.
Y también, en los próximos meses, estaremos definiendo cuándo y dónde sería el siguiente congreso. Hasta ahora tenemos a las ciudades de San José, Costa Rica y Bogotá, Colombia, como las principales candidatos.
● ¿Y cuál crees que pueda ser el tema del siguiente congreso?
Aún no tenemos un tema en especial, pero lo que les puedo decir es que, luego de un tiempo en el cual hayamos podido distinguir lo vivido, lo que ha resultado y lo que no, analizando el camino recorrido desde este primer congreso; y, a partir de ello, ver lo que tendríamos que hacer hacia adelante.
● ¿Tienes algo que te gustaría añadir sobre el congreso?
Para mi éste encuentro fue una experiencia muy buena de encuentro y donde pude, desde mi país natal, volver a mi primer amor, a mi primer encuentro con el Señor Jesús y resalto que
también fue muy renovador para todos. Fue un momento muy especial de encontrarme con amigos que tienen los mismos anhelos de santidad y de hacer apostolado. Por eso quiero invitar a todos a rezar por el congreso y sus frutos para que podamos seguir trabajando y que los siguientes proyectos nos sirvan a todos.