Oscar Tokumura
La belleza íntima y luminosa que la mirada del hombre descubre si reposa con reverencia y holgura en toda aquella criatura que vive y florece o se marchita y muere, es asida, descrita y
explorada con fina sensibilidad religiosa por Oscar Tokumura en “Árboles y hombres”, su primer poemario. Se trata de un libro por el que el autor, a través de sus treinta poemas en verso y prosa, nos invita a acompañarlo en un canto maduro que es lectura fértil y honestamente épica de la historia de los hombres, sus hermanos y también de su propia historia personal.
De esta manera, este gran bosque que es la vida misma, se convierte para Oscar Tokumura en el lugar privilegiado del encuentro de Dios y los hombres, y también en el vestigio de sus propios rostros en un diálogo conmovedor que se extiende y perdura, y que se comparte generosamente con nosotros. La experiencia humana y la fe madura le revelan al autor un estimulante paralelo entre los hombres y los árboles. Como podremos apreciar en la lectura detenida de cada verso, se trata de un poemario escrito —a golpe firme de oración— entre el cielo y la tierra, que es precisamente el lugar de la comunión, donde los hombres nos vemos a veces en el dulce espejo de los árboles, donde los árboles nacen, crecen y florecen como los hombres. Oscar Tokumura nos ha regalado un poemario profundamente suyo, y que gracias a su generosidad es ahora, finalmente, también nuestro.
