Los saludo cordialmente, Los veo con mucho entusiasmo y alegría.
Pero ahora quiero decirles algo que les entristecerá el corazón. Hacemos silencio.
Algo de uno de ustedes, Maciej Szymon Ciesla, tenía poco más de 21 años, había estudiado diseño gráfico y había dejado su trabajo para ser voluntario de la JMJ.
Todos los diseños de las banderas son suyas, las imágenes de los santos patronos, el kit del peregrino y muchas otras cosas que adornan la ciudad. En este trabajo ha reencontrado su fe.
En noviembre le fue diagnosticado un cáncer. Los médicos no han podido hacer nada, ni siquiera con la amputación de la pierna. Él quería llegar vivo a la visita del Papa, tenía un puesto en el tranvía, en el que ahora viajará el Papa.
Pero murió el 2 de julio, la gente está muy tocada porque él ha hecho un gran bien.
Ahora todos en silencio pensamos en este compañero de camino, que ha trabajado tanto por esta Jornada. Y todos nosotros en silencio, del corazón, rezamos. Cada uno rece en su corazón, él está presente entre nosotros.
(Todos rezan en silencio)
Alguno de ustedes puede pensar, este Papa nos malogra la noche… pero es la verdad; y nosotros debemos habituarnos a las cosas buenas y las cosas malas. La vida es así queridos jóvenes.
Pero hay una cosa en la que no podemos dudar, la fe de este muchacho, de nuestro amigo que ha trabajado tanto por esta JMJ, lo ha llevado al cielo y él está con Jesús en este momento mirándonos a todos nosotros.
Y esto es una gracia, un aplauso a nuestro compañero (aplausos). También nosotros lo encontraremos un día. ¡Ah, eras tú! Un placer conocerte, la vida es así, hoy estamos aquí, mañana estaremos allá.
El problema es escoger el camino justo como él lo ha hecho. Agradecemos al Señor porque nos da estos ejemplos de corajes, de jóvenes valientes que nos ayudan a seguir adelante en la vida.
No tengan miedo, no tengan miedo que Dios es grande, Dios es bueno y todos nosotros tenemos algo de bueno dentro.
Ahora me despido, mañana nos veremos, ustedes hagan su deber que es hacer lio toda la noche y hagan ver su alegría cristiana, la alegría que el Señor les da de ser una comunidad que sigue a Jesús
Y ahora les doy la bendición. Y como de niño hemos aprendido antes de irnos, saludamos a la Madre, todos saludamos a la Virgen, cada uno en su propio idioma
(Ave María)
Los bendiga Dios omnipotente, Padre, Hijo y Espíritu Santo. Buenas noches y recen por mí.