Ciclo A – Cuaresma – Semana 05 – Viernes
7 de abril de 2017
+ En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Oración inicial
Señor Jesús, te pido que me ayudes a escuchar tu palabra para que, en estos días previos a la celebración de tu pasión, muerte y resurrección, pueda preparar mi corazón para celebrar con la Iglesia la dicha de tu salvación.
Acto penitencial
(Hago en silencio un breve examen de conciencia de mi último día).
Te pido perdón Señor porque sé que Tú me has amado hasta el extremo, pero aún así muchas veces desconfío de ti. Descubro que mi fe es débil y por eso me desvío del camino. Pero tengo la certeza que siempre me perdonas, porque tu misericordia es infinita. Ayúdame a ponerme de pie cada vez que tropiece.
Lectura Bíblica según el Evangelio del día
“Si no hago las obras de mi Padre, no me crean; pero si las hago, crean en las obras, aunque no me crean a mí” San Juan 10,31-42
Los judíos tomaron piedras para apedrearlo. Entonces Jesús dijo: “Les hice ver muchas obras buenas que vienen del Padre; ¿Por cuál de ellas me quieren apedrear?”. Los judíos le respondieron: “No queremos apedrearte por ninguna obra buena, sino porque blasfemas, ya que, siendo hombre, te haces Dios”. Jesús les respondió: “¿No está escrito en la Ley: Yo dije: Ustedes son dioses? Si la Ley llama dioses a los que Dios dirigió su Palabra -y la Escritura no puede ser anulada- ¿Cómo dicen: ‘Tú blasfemas’, a quien el Padre santificó y envió al mundo, porque dijo: “Yo soy Hijo de Dios”? Si no hago las obras de mi Padre, no me crean; pero si las hago, crean en las obras, aunque no me crean a mí. Así reconocerán y sabrán que el Padre está en mí y yo en el Padre”. Ellos intentaron nuevamente detenerlo, pero él se les escapó de las manos. Jesús volvió a ir al otro lado del Jordán, al lugar donde Juan había bautizado, y se quedó allí. Muchos fueron a verlo, y la gente decía: “Juan no ha hecho ningún signo, pero todo lo que dijo de este hombre era verdad”. Y en ese lugar muchos creyeron en él.
Lectura espiritual breve
Reflexión breve:
El Señor se muestra ante los judíos como quien realmente es: el Hijo de Dios, el Hijo del Padre. Pero el pueblo judío no quiere creer las palabras del Maestro, por lo que el Señor los invita a creer por las obras que el Padre ha realizado por medio de Él. Pero aún así, muchos no quieren creer, pues sus ojos están cerrados a la gracia de Dios. Pero los humildes, ven las obras del Maestro y creen en Él. Por un lado, ese es el camino que nos muestra el Señor, el camino de los humildes. Él nos invita a creer en Él porque el Padre se ha manifestado obrando maravillas en Él. Y por otro, nos muestra el camino de la incomprensión. ¿Si al Maestro lo juzgaron viendo sus obras, por qué sus discípulos tendrán distinta suerte? El seguimiento de Cristo tiene también tribulaciones que el Señor nos anuncia, pero no como una cruz insoportable, sino como el camino necesario para que cada vez más sean muchos los que crean en Él.
Breve meditación personal
Haz silencio en tu interior y pregúntate:
1.- ¿Qué me dice el evangelio que he leído?
2.- ¿Cómo ilumina mi vida?
3.- ¿Qué tengo que cambiar para ser más como Jesús?
4.- ¿Qué me falta para ser más como Él?
Acción de gracias y peticiones personales
Gracias Jesús por ayudarme a cultivar mi fe en Ti. Te pido Buen Amigo, que me ayudes a creer, a pesar de que muchas veces no vea con claridad. Y que si vienen tribulaciones en el camino, me ayudes a soportarlas para el bien de tu reino de amor. Amén
(Si quieres, puedes pedirle al Señor por tus intenciones).
Reza un Padre Nuestro, un Ave María y un Gloria…
Consagración a María
Pidámosle a María que nos acompañe siempre:
Dios te salve, Reina y Madre de misericordia,
vida, dulzura y esperanza nuestra.
Dios te salve.
A Ti clamamos los desterrados hijos de Eva,
a Ti suspiramos, gimiendo y llorando en este valle de lágrimas.
Ea, pues, Señora Abogada Nuestra,
vuelve a nosotros tus ojos misericordiosos,
y después de este destierro, muéstranos a Jesús,
fruto bendito de tu vientre.
Oh, clemente, oh piadosa, oh dulce Virgen María.
Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios,
para que seamos dignos de alcanzar las promesas de Nuestro Señor Jesucristo.
Amén
+ En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.