Año C – Tiempo de Adviento – Semana 02 – Viernes
+ En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Oración inicial
Buen Jesús, puesto en tu presencia te pido que me ayudes a disponer mi corazón para acoger tu Palabra y hacerla vida en mí.
Acto penitencial
Hago en silencio un breve examen de conciencia de mi último día.
Te pido perdón Señor porque sé que Tú me has amado hasta el extremo, pero aún así muchas veces desconfío de ti. Descubro que mi fe es débil y por eso me desvío del camino. Pero tengo la certeza que siempre me perdonas, porque tu misericordia es infinita. Ayúdame a ponerme de pie cada vez que tropiece.
Lectura Bíblica según el Evangelio del día
“La Sabiduría ha quedado justificada por sus obras” (San Mateo 11,16-19)
¿Con quién puedo comparar a esta generación? Se parece a esos muchachos que, sentados en la plaza, gritan a los otros: ‘¡Les tocamos la flauta, y ustedes no bailaron! ¡Entonamos cantos fúnebres, y no lloraron!’. Porque llegó Juan, que no come ni bebe, y ustedes dicen: ‘¡Ha perdido la cabeza!’. Llegó el Hijo del hombre, que come y bebe, y dicen: ‘Es un glotón y un borracho, amigo de publicanos y pecadores’. Pero la Sabiduría ha quedado justificada por sus obras”.
Lectura espiritual breve
Reflexiona con el texto que nos comparte el Padre Alberto Hadad:
En la vida cotidiana el ser humano muchas veces se deja engañar por las apariencias. ¿Cuántas veces no nos pasa que juzgamos de manera apresurada a alguien? ¿Cuántas veces no hemos tenido que rectificar nuestra opinión acerca de una persona luego de conocerla personalmente?
Así como nosotros nos dejamos engañar por impresiones ligeras y por las apariencias, muchos contemporáneos de Jesús se dejaron engañar por lo que veían externamente del Señor. El tiempo del Adviento nos invita a aprender del Señor que no mira las apariencias sino el corazón del hombre (Ver1Sam 16,7). Seamos como aquellos que, en lugar de juzgar desde lejos a Juan Bautista y al Señor Jesús, se acercaron para conocerlos personalmente. Seamos como aquellos primeros discípulos que se acercaron a preguntarle: “Maestro: ¿dónde vives?” (Jn 1,38).
Breve meditación personal
Haz silencio en tu interior y pregúntate:
1.- ¿Qué me dice el evangelio que he leído?
2.- ¿Cómo ilumina mi vida?
3.- ¿Qué tengo que cambiar para ser más como Jesús?
4.- ¿Qué me falta para ser más como Él?
Acción de gracias y peticiones personales
Gracias Jesús por el don de la fe que me has regalado. Ayúdame a reconocerte en medio de los hombres, para que acogiendo tus enseñanzas, pueda convertir mi corazón a Ti, y así ser un digno hijo del Padre.
Amén.
Si quieres, puedes pedirle al Señor por tus intenciones.
Reza un Padre Nuestro, un Ave María y un Gloria…
Consagración a María
Encomendémonos a nuestra Madre rezando:
Santa María,
Madre de la Esperanza,
junto a tu dulce Corazón
aprendo a esperar confiado.
Intercede
para que,
siguiendo tu ejemplo,
mi vida siempre
se encuentre afirmada
en la esperanza.
Amén.
+ En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.