Ciclo B – Tiempo Ordinario – Semana 30 – Viernes
29 de Octubre de 2021
+ En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Oración inicial
Señor Jesús, te pido que me ilumines con la luz de tu Espíritu Santo. Que este momento, sea de silencio y recogimiento interior para poder estar atento a tu palabra, acogerla en mi corazón y ponerla por obra, a ejemplo de Santa María.
Acto penitencial
Hago en silencio un breve examen de conciencia de mi último día.
Perdóname Señor por todos los momentos en que me alejo de Ti optando por las migajas que me ofrece este mundo pasajero. Confío y espero en Ti porque sé que eres un Dios de amor y de misericordia.
Lectura Bíblica
«¿Está permitido curar en sábado o no?» Lc 14,1-6
Un sábado, Jesús entró a comer en casa de uno de los principales fariseos. Ellos lo observaban atentamente. Delante de Él había un hombre enfermo de hidropesía. Jesús preguntó a los doctores de la Ley y a los fariseos: «¿Está permitido curar en sábado o no?». Pero ellos guardaron silencio. Entonces Jesús tomó de la mano al enfermo, lo curó y lo despidió. Y volviéndose hacia ellos, les dijo: «Si a alguno de ustedes se le cae en un pozo su hijo o su buey, ¿acaso no lo saca en seguida, aunque sea sábado?». A esto no pudieron responder nada.
Lectura espiritual breve
Te compartimos este texto del Padre Juan José Paniagua:
Hoy este fariseo, después de todas las críticas que Jesús les ha dirigido este último tiempo, lo invita a cenar. Pero invitar a Jesús a que entre a tu casa no es tan sencillo, trae consecuencias, porque Jesús siempre trae una luz, pero a veces esta luz incomoda. Si le abres la puerta de tu casa al Señor, tienes que saber que Él va a entrar y ya no va a ser lo mismo. Dios nos transforma, nos mueve el piso, nos invita a la conversión. La vida después de Cristo no puede seguir igual.
Por eso a veces Jesús incomoda. Y eso sucede hoy, el fariseo lo invita a su casa y Jesús lo cuestiona hasta el fondo, con lo más importante. ¿Cuánto vives la caridad, cuánto ayudas al hermano necesitado? ¿Te crees muy religioso? Bien, entonces ¿cuánto te apiadas del que sufre y haces algo por él? Porque hay que amar a Dios y como consecuencia también hay que amar al prójimo. No se puede una sin la otra.
No nos olvidemos de vivir la caridad. No pongamos excusas tampoco. Porque los fariseos no negaban que había que ayudar al prójimo, pero tantas leyes se habían inventado, que encontraron una buena excusa para no ayudar: era día sábado y ese día no se ayuda… ¿Qué excusas ponemos nosotros? ¿Qué justificaciones ponemos para no ser solidarios y generosos con el hermano que te necesita, con el que vive bajo tu mismo techo, el que tienes al lado? Seamos como Jesús, dejémoslo entrar y que Él nos transforme.
Breve meditación personal
Haz silencio en tu interior y pregúntate:
1. ¿Qué me dice el Evangelio que he leído?
2. ¿Cómo ilumina mi vida?
3. ¿Qué tengo que cambiar para ser más como Jesús?
Acción de gracias y peticiones personales
Gracias Señor por enseñarme a vivir el amor auténtico. Ayúdame a no dejarme engañar conformándome con un cristianismo de formas. Que sea la caridad y el servicio una expresión concreta de mi opción por seguirte de cerca.
Si quieres, puedes pedirle al Señor por tus intenciones.
Reza un Padre Nuestro, un Ave María y un Gloria…
Consagración a María
Pidámosle a María que nos acompañe siempre:
Dios te salve, Reina y Madre de misericordia,
vida, dulzura y esperanza nuestra.
Dios te salve.
A Ti clamamos los desterrados hijos de Eva,
a Ti suspiramos, gimiendo y llorando en este valle de lágrimas.
Ea, pues, Señora Abogada Nuestra,
vuelve a nosotros tus ojos misericordiosos,
y después de este destierro, muéstranos a Jesús,
fruto bendito de tu vientre.
Oh, clemente, oh piadosa, oh dulce Virgen María.
Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios,
para que seamos dignos de alcanzar las promesas de Nuestro Señor Jesucristo.
Amén
+ En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.