Mi vida en Xto Oración

Oración del miércoles: «Soy yo; no teman»

Ciclo C – Navidad – Semana 2 – Miércoles
05 de enero de 2022

rastellimelina

+  En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.

Oración inicial

Señor Jesús, te agradezco por tener nuevamente un momento de oración para estar junto a Ti. Te pido que me ayudes a disponer mi corazón para que, escuchando con atención tus palabras de vida, pueda comprender lo que quieres de mí.

Acto penitencial

Hago en silencio un breve examen de conciencia de mi último día.

Te pido perdón Señor por mis pecados cometidos. Ayúdame a confiar en tu amor misericordioso que siempre perdona a quien en verdad se arrepiente, y así pueda renovarme en la lucha por alcanzar la santidad.

Lectura Bíblica según el Evangelio del día

«Soy yo; no teman» (Mc 6,45-52)

En seguida, Jesús obligó a sus discípulos a que subieran a la barca y lo precedieran en la otra orilla, hacia Betsaida, mientras él despedía a la multitud. Una vez que los despidió, se retiró a la montaña para orar.  Al caer la tarde, la barca estaba en medio del mar y él permanecía solo en tierra. Al ver que remaban muy penosamente, porque tenían viento en contra, cerca de la madrugada fue hacia ellos caminando sobre el mar, e hizo como si pasara de largo.  Ellos, al verlo caminar sobre el mar, pensaron que era un fantasma y se pusieron a gritar, porque todos lo habían visto y estaban sobresaltados. Pero él les habló enseguida y les dijo: «Tranquilícense, soy yo; no teman».  Luego subió a la barca con ellos y el viento se calmó.  Así llegaron al colmo de su estupor, porque no habían comprendido el milagro de los panes y su mente estaba enceguecida.

Lectura espiritual breve

Lee estas palabras de San Juan Pablo II:

Este pasaje evangélico entraña un profundo contenido. Atañe al problema más importante de la vida humana: la fe en Jesucristo. Pedro ciertamente tenía fe, como demostró más tarde, de modo magnífico, en las cercanías de Cesarea de Filipo, pero en ese momento su fe aún no era muy firme. Cuando comenzó a soplar más fuerte el viento, Pedro comenzó a hundirse, pues había dudado. No fue el viento el que hizo hundirse a Pedro en el lago, sino su falta de fe. A la fe de Pedro le faltó un elemento esencial: abandonarse plenamente a Cristo, confiar totalmente en él en el momento de la gran prueba; le faltó la esperanza sin reservas en él. La fe y la esperanza, junto con la caridad, constituyen el fundamento de la vida cristiana, cuya piedra angular es Jesucristo. En la muerte de Jesús en la cruz y en su resurrección del sepulcro se reveló plenamente el amor de Dios al hombre y al mundo. Jesús es el único camino al Padre, el único camino que lleva a la verdad y a la vida (ver Jn 14,6)… Queridos muchachos y muchachas, seguid a Cristo con el entusiasmo de vuestro corazón joven. Sólo él puede calmar el miedo del hombre. Contemplad a Jesús desde lo más profundo de vuestro corazón y de vuestra mente. Él es vuestro amigo inseparable.

Breve meditación personal

Haz silencio en tu interior y pregúntate:

1.- ¿Qué me dice el evangelio que he leído?

2.- ¿Cómo ilumina mi vida?

Acción de gracias y peticiones personales

Gracias Señor Jesús por estar conmigo en esta oración. Así como le dijiste a tus discípulos «no temáis, soy yo», también sales a mi encuentro hoy, mostrándome que a pesar de los vientos y tormentas, Tú siempre estás junto a mí. Ayúdame, Buen Jesús, a comprender que Tú realmente eres el Señor, y que sin Ti yo nada puedo.  Amén.

Si quieres, puedes pedirle al Señor por tus intenciones.

Reza un Padre Nuestro, un Ave María y un Gloria…

Consagración a María

Termina rezándole a María:

Bajo tu amparo nos acogemos,
santa Madre de Dios;
no deseches las oraciones
que te dirigimos
en nuestras necesidades,
antes bien
líbranos de todo peligro,
¡oh Virgen gloriosa y bendita!
Amén.

+  En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.