Mi vida en Xto Oración

Oración del miércoles: “Porque el mismo Hijo del hombre no vino para ser servido, sino para servir y dar su vida en rescate por una multitud”

Ciclo B – Tiempo Ordinario – Semana 08 – Miércoles
26 de mayo de 2021

Jesus-Apostoles

+  En el nombre del Padre y, del Hijo, y del Espíritu Santo: Amén.

Oración Inicial

Aquí estoy, Señor, nuevamente para compartir contigo, para conocerte más y dejarme iluminar por tu Palabra. Te pido que me ayudes a acercarme con humildad, reconociendo mis debilidades, consciente de que no siempre respondo a tu llamada pero con la disposición de cambiar, de crecer y seguir tu voz de ahora en adelante.

Acto penitencial

Hago en silencio un breve examen de conciencia de mi último día.

Buen Jesús, Tú que has venido a traer el perdón a los pecadores, que viniste para estar con los enfermos y los necesitados, acoge en tu perdón a este hermano tuyo. Me presento ante ti frágil y pecador, necesitado de tu abrazo de amor, con la plena conciencia que no soy perfecto, que he caído, que he faltado en obra y omisión, pero confiado en tu misericordia de todo corazón te pido perdón.

Lectura Bíblica según el Evangelio del día

“Porque el mismo Hijo del hombre no vino para ser servido, sino para servir y dar su vida en rescate por una multitud” (Mc 10,32-45)

Mientras iban de camino para subir a Jerusalén, Jesús se adelantaba a sus discípulos; ellos estaban asombrados y los que lo seguían tenían miedo. Entonces reunió nuevamente a los Doce y comenzó a decirles lo que le iba a suceder:
“Ahora subimos a Jerusalén; allí el Hijo del hombre será entregado a los sumos sacerdotes y a los escribas. Lo condenarán a muerte y lo entregarán a los paganos:
ellos se burlarán de él, lo escupirán, lo azotarán y lo matarán. Y tres días después, resucitará”.
Santiago y Juan, los hijos de Zebedeo, se acercaron a Jesús y le dijeron: “Maestro, queremos que nos concedas lo que te vamos a pedir”.
El les respondió: “¿Qué quieren que haga por ustedes?”.
Ellos le dijeron: “Concédenos sentarnos uno a tu derecha y el otro a tu izquierda, cuando estés en tu gloria”.
Jesús les dijo: “No saben lo que piden. ¿Pueden beber el cáliz que yo beberé y recibir el bautismo que yo recibiré?”.
“Podemos”, le respondieron. Entonces Jesús agregó: “Ustedes beberán el cáliz que yo beberé y recibirán el mismo bautismo que yo.
En cuanto a sentarse a mi derecha o a mi izquierda, no me toca a mí concederlo, sino que esos puestos son para quienes han sido destinados”.
Los otros diez, que habían oído a Santiago y a Juan, se indignaron contra ellos. Jesús los llamó y les dijo: “Ustedes saben que aquellos a quienes se considera gobernantes, dominan a las naciones como si fueran sus dueños, y los poderosos les hacen sentir su autoridad. Entre ustedes no debe suceder así. Al contrario, el que quiera ser grande, que se haga servidor de ustedes; y el que quiera ser el primero, que se haga servidor de todos. Porque el mismo Hijo del hombre no vino para ser servido, sino para servir y dar su vida en rescate por una multitud”.

Lectura Espiritual breve

Lee este texto del Padre Juan José Paniagua que te ayudará a profundizar el sentido del Evangelio:

Los discípulos caminando con Jesús se acercan a Jerusalén y dice la lectura que estaban sorprendidos y empiezan a tener miedo. Quizá a nosotros nos puede ocurrir algo parecido. Las cosas de Cristo nos sorprenden, nos maravillan, nos admiran, porque estamos frente a lo divino.  Pero también nos da miedo, sobre todo cuando más nos acercamos a los momentos de cruz y de prueba.  Cuánto quisiéramos seguir a Jesús siempre, pero también cuánto quisiéramos a un Cristo, pero sin Cruz.

No nos olvidemos que eso es imposible.  Porque el que de verdad quiere seguir a Jesús, está yendo contra corriente.  Si no descubrimos en nuestra vida que estamos siendo signo de contradicción, que estamos en una lucha, que la corriente va en otra dirección, podemos preguntarnos, ¿de verdad estoy siendo discípulo de Jesús?  ¿Lo estoy siguiendo fielmente?  ¿O quizá me estoy acomodando a las normas del mundo?  ¿Al bienestar, a la comodidad, al estar tranquilo, al no comprometerse a fondo con Dios?  Tengamos cuidado, porque cuando las comodidades, los bienes del mundo, empiezan a ilusionarnos tanto, nos vamos instalando, nos volvemos cada vez menos valientes, nos volvemos perezosos, nos hacemos egoístas. Como ha dicho el Papa Francisco: el bienestar nos adormece, es como una anestesia.  No nos acomodemos entonces. Jesús nos deja al final una recomendación: “el que quiera llegar a ser grande entre vosotros, será vuestro servidor”.  ¿Cómo curarnos del vicio del egoísmo, de la frivolidad del mundo, de vivir para la comodidad? Entendiendo nuestras vidas como Jesús entendió la suya: “no he venido a ser servido, sino a servir a los demás”.

Breve meditación personal

Haz silencio en tu interior y pregúntate:

1. ¿También le tienes miedo a cargar tu Cruz? ¿Estas dispuesto a llevarla con alegría y paciencia? 

2. ¿Vives en tu vida el servicio a los demás como un elemento fundamental de tu despliegue como persona? 

Acción de gracias y peticiones personales

Te doy gracias Señor por este momento de oración, por la oportunidad que me das de detenerme un instante para aprender de ti, para conocerte más, para mejorar nuestra amistad. Te pido que me ayudes a ser un servidor digno de Ti y pueda servir con humildad y generosidad todos los que lo necesiten. Amén.

Si quieres, puedes hacer pedirle al Señor por tus intenciones.

Reza un Padre Nuestro, un Ave María y un Gloria…

Consagración a María

Termina esta oración rezándole a María.

Bajo tu amparo nos acogemos,
santa Madre de Dios;
no deseches las oraciones
que te dirigimos
en nuestras necesidades,
antes bien
líbranos de todo peligro,
¡oh Virgen gloriosa y bendita!
Amén.

+  En el nombre del Padre y, del Hijo, y del Espíritu Santo: Amén.