Año C – Tiempo de Adviento – Semana 03 – Miércoles
+ En el nombre del Padre y, del Hijo, y del Espíritu Santo: Amén.
Oración inicial
Señor Jesús, así como Juan el Bautista reconoció tu grandeza, ayúdame a mí también para que reconozca tu presencia y pueda escuchar tu palabra para hacerla vida en mí.
Acto penitencial
Hago en silencio un breve examen de conciencia de mi último día.
Te pido perdón Señor por mis pecados cometidos. Ayúdame a confiar en tu amor misericordioso que siempre perdona a quien en verdad se arrepiente. Y así pueda renovarme en la lucha por alcanzar la santidad.
Lectura Bíblica según el Evangelio del día
“¿Eres tú el que ha de venir o debemos esperar a otro?” San Lucas 7,19-23
Los envió a decir al Señor: “¿Eres tú el que ha de venir o debemos esperar a otro?”.
Cuando se presentaron ante él, le dijeron: “Juan el Bautista nos envía a preguntarte: ‘¿Eres tú el que ha de venir o debemos esperar a otro?’”.
En esa ocasión, Jesús curó mucha gente de sus enfermedades, de sus dolencias y de los malos espíritus, y devolvió la vista a muchos ciegos.
Entonces respondió a los enviados: “Vayan a contar a Juan lo que han visto y oído: los ciegos ven, los paralíticos caminan, los leprosos son purificados y los sordos oyen, los muertos resucitan, la Buena Noticia es anunciada a los pobres.
¡Y feliz aquel para quien yo no sea motivo de tropiezo!”.
Lectura espiritual breve
San Antonio de Padua nos dice:
Manda Juan el bautista a sus discípulos a preguntarle a Jesús: ¿Eres Tú el que ha de venir o debemos esperar a otro? Hoy en día muchos también se hacen la misma pregunta. ¿Eres Tú Jesús en quien debo poner toda mi confianza? ¿Eres Tú el que me puede dar esa felicidad y esa vida plena que tanto busco?
Jesús va a responder, pero no sólo con palabras, sino también con sus obras, sobre todo con obras de misericordia: “Los ciegos ven, los inválidos caminan, los leprosos quedan limpios, los sordos oyen…” Dios también ha actuado con misericordia sobre nosotros, pero a veces no lo reconocemos. Jesús es el que tenía que venir a darnos una vida plena y no va a venir otro. Nuestra confianza debe estar puesta en Él.
Jesús ya se ha manifestado y nos invita a manifestar nuestra fe también en las obras. Demos testimonio de que somos de Cristo, haciendo como Él. Que nos reconozcan por nuestras buenas obras, por la misericordia que vivimos para con el prójimo.
Breve meditación personal
Haz silencio en tu interior y pregúntate:
1.- ¿Me atrevo a dar testimonio del Señor en ambientes adversos?
2.- ¿Hago esfuerzos por formarme en la fe?
3.- ¿Qué puedo hacer para ser más coherente con lo que me está enseñando el Señor?
Acción de gracias y peticiones personales
Gracias Señor Jesús por estar conmigo en esta oración. Te agradezco por como te vas manifestando en mí vida y me ayudas a comprender cómo es que estás en medio de nosotros. Ayúdame, Buen Jesús, a vivir coherentemente como quien está con su señor, para que así nada pueda separarme de Ti.
Amén.
Si quieres, puedes pedirle al Señor por tus intenciones.
Reza un Padre Nuestro, un Ave María y un Gloria…
Consagración a María
Termina esta oración rezándole a María:
Santa María,
ayúdame a esforzarme
según el máximo de mi capacidad
y el máximo de mis posibilidades
para así responder al Plan de Dios
en todas las circunstancias
concretas de mi vida.
Amén.
+ En el nombre del Padre y, del Hijo, y del Espíritu Santo: Amén.