Mi vida en Xto

Oración del martes: “Den más bien como limosna lo que tienen y todo será puro”

Ciclo A – Tiempo Ordinario – Semana 28 – Martes
13 de octubre de 2020

Limosna

+ En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.

Oración inicial

Al comenzar este momento de oración me pongo en tu presencia, Señor. ¡Qué confianza saber que siempre estás conmigo! Ilumina mi oración y dame la fuerza para hacer vida tus enseñanzas.

Acto penitencial

Hago en silencio un breve examen de conciencia de mi último día.

Te pido perdón, Buen Señor, por haberte dado la espalda. Sé que tu amor y tu perdón son infinitos y eso me llena de esperanza, pues como dice San Juan «si reconocemos nuestros pecados, fiel y justo es Él para perdonarnos los pecados y purificarnos de toda injusticia» (1Jn 1,9).

Lectura Bíblica

«Den más bien como limosna lo que tienen y todo será puro» Lc 11,37-41

Cuando terminó de hablar, un fariseo lo invitó a cenar a su casa. Jesús entró y se sentó a la mesa. El fariseo extrañó que no se lavara antes de comer. Pero el Señor le dijo: «¡Así son ustedes, los fariseos! Purifican por fuera la copa y el plato, y por dentro están llenos de voracidad y perfidia. ¡Insensatos! El que hizo lo de afuera, ¿no hizo también lo de adentro? Den más bien como limosna lo que tienen y todo será puro».

Lectura espiritual breve

Medita en la enseñanza de Jesús:

Los fariseos eran sumamente rigurosos en el cumplimento de la Ley que, entre otras cosas, tenía indicaciones precisas de cómo y cuántas veces debían lavarse antes de cada comida. Cristo se percata de la extrañeza del fariseo porque no había cumplido con la norma y aprovecha la ocasión para darle una lección al maestro de la Ley. Como en tantas otras ocasiones en el Evangelio, el Señor denuncia la hipocresía y el legalismo de los fariseos. Se fijan sólo en lo exterior, en la “letra de la ley”, pero han perdido el espíritu que le da vida. Y, más aún, son sumamente minuciosos en cumplir con un sinnúmero de prácticas exteriores pero permiten que en su corazón aniden pecados y faltas muy graves que ensucian su interior. ¡He ahí el origen de su insensatez!

La recomendación final de Cristo manifiesta la novedad de la Buena Nueva que Él ha venido a traer: la ley del amor. Den limosna y todo será puro. Para un fariseo, estas palabras debieron haber sido particularmente desconcertantes, pues el mero contacto con un menesteroso los hacía “impuros”. El Señor va incluso más allá: no sólo no los hará impuros, sino que será fuente de una pureza mayor.

Breve meditación personal

Haz silencio en tu interior y pregúntate:

1. ¿Qué me dice el Evangelio que he leído?

2. ¿Cómo ilumina mi vida?

3. ¿Qué tengo que cambiar para ser más como Jesús?

Acción de gracias y peticiones personales

Gracias, Señor Jesús, porque una vez más me muestras la verdad. Gracias porque iluminas mi vida y me enseñas el camino. Quiero ser tu discípulo y seguirte con generosidad. Te pido que me ayudes a esforzarme especialmente por vivir la caridad.

Si quieres, puedes pedirle al Señor por tus intenciones.

Reza un Padre Nuestro, un Ave María y un Gloria…

Consagración a María

Termina rezándole a María:

Acuérdate,
¡oh piadosísima, Virgen María!,
que jamás se ha oído decir
que ninguno de los que
han acudido a tu protección,
implorando tu auxilio
haya sido abandonado de Ti.

Animado con esta confianza,
a Ti también yo acudo,
y me atrevo a implorarte
a pesar del peso de mis pecados.

¡Oh Madre del Verbo!,
no desatiendas mis súplicas,
antes bien acógelas benignamente. Amén

+ En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.