Mi vida en Xto

Oración del lunes: “No se le dará otro signo que el del profeta Jonás”

Ciclo A – Tiempo Ordinario – Semana 16 – Lunes
20 de julio de 2020

Jonas

En el nombre del Padre y, del Hijo, y del Espíritu Santo: Amén.

Oración Inicial

Jesús, puesto en tu presencia quiero comenzar este momento de oración pidiéndote que envíes sobre mí la luz de tu Espíritu Santo. Ayúdame a acoger tu Palabra en mi mente y en mi corazón. Concédeme la fuerza y la perseverancia para ser cada día un mejor discípulo tuyo, muriendo Contigo a todo lo que es muerte, y naciendo junto a Ti a todo lo que es vida.

Acto penitencial

Hago en silencio un breve examen de conciencia de mi último día.

Padre de Misericordia, reconozco que muchas veces soy duro de corazón y que me cuesta seguir el camino de la vida en Cristo. Confío en que me amas y que me perdonas, y tengo puesta mi esperanza en que siempre estás conmigo. Con tu gracia, Señor, sé que puedo siempre seguir adelante tras las huellas de tu Hijo Amado.

Lectura Bíblica según el Evangelio del día

“No se le dará otro signo que el del profeta Jonás” Mt 12,38-42

Entonces algunos escribas y fariseos le dijeron: “Maestro, queremos que nos hagas ver un signo”. El les respondió: “Esta generación malvada y adúltera reclama un signo, pero no se le dará otro que el del profeta Jonás. Porque así como Jonás estuvo tres días y tres noches en el vientre del pez, así estará el Hijo del hombre en el seno de la tierra tres días y tres noches. El día del Juicio, los hombres de Nínive se levantarán contra esta generación y la condenarán, porque ellos se convirtieron por la predicación de Jonás, y aquí hay alguien que es más que Jonás. El día del Juicio, la Reina del Sur se levantará contra esta generación y la condenará, porque ella vino de los confines de la tierra para escuchar la sabiduría de Salomón, y aquí hay alguien que es más que Salomón.

Lectura Espiritual breve

Lee este breve texto del que te ayudará a profundizar el sentido del Evangelio:

En el Evangelio de hoy unos fariseos se presentan a Jesús y le piden un signo. Lo hacen como diciendo: “si nos das una señal convincente te creeremos”. Cuántas veces la figura de los fariseos nos genera rechazo, son justamente ejemplo de lo que no debemos hacer. Pero creo que también es ocasión para preguntarnos: ¿no será que esas actitudes nos generan rechazo, porque nosotros también nos comportamos así?

Cuántas veces nos hemos topado con personas que han pasado por problemas durísimos, pruebas muy difíciles y sin embargo mantienen una fe en Dios incondicional, realmente fiel. Pero cuántas veces también nos ocurre que, habiendo tenido una vida tranquila, bendecida por Dios, al primer problema nos llenamos de quejas, reclamos, rebeldías. Pareciera a veces que queremos condicionarle nuestro amor a Dios. Podemos convertirnos también en una especie de negociantes de la fe.

Hoy Jesús va a responderle a los fariseos, que le piden una prueba para creer. Y como señal el Señor va a mencionarles unos personajes poco comunes. No les va a nombrar a un gran santo ni héroe, sino a los ninivitas, un pueblo tan pecador. Sin embargo, estos hombres oyeron a Dios a través de su profeta, que los llamaba a la conversión. Y los ninivitas dejaron que la palabra penetre en su corazón y se convirtieron.

Sin embargo, los fariseos no estaban dispuestos a esto. Más bien desafían a Dios, lo quieren poner a prueba, le piden signos para ver si se convencen, porque en el fondo no están dispuestos a amoldarse a Dios, sino lo que quieren es que Dios se amolde a ellos. En esos términos, la conversión se vuelve tan lejana… Estos hombres pedían una prueba. Si estamos hablando de un experimento químico o físico, hay que hacer pruebas de laboratorio para confirmar la veracidad de la teoría. Pero si de lo que me están hablando es de lo más profundo de mi vida, de mi fe en Dios, la única manera de comprobarlo es poniéndolo en práctica, haciéndolo parte de mi vida, no existe otro laboratorio para esta ciencia, más que la vida de cada uno.

Breve meditación personal

Haz silencio en tu interior y pregúntate:

1. ¿Qué me dice el evangelio que he leído?

2. ¿Cómo ilumina mi vida?

3. ¿Qué tengo que cambiar para ser más como Jesús?

Acción de gracias y peticiones personales

Señor Jesús, te agradezco porque tus palabras iluminan mi vida con la Verdad. Quiero seguirte con fidelidad. Sé que el camino muchas veces es exigente y que tendré que esforzarme y cambiar muchas cosas que en mi vida no están bien. Pero sé también que Tú siempre estás conmigo, que voy siguiendo tus pasos sostenido y alentado por tu amor por mí. Te doy mi vida, Señor, y sé que Tú me darás la vida eterna.  Amén.

Si quieres, puedes pedirle al Señor por tus intenciones.

Reza un Padre Nuestro, un Ave María y un Gloria…

Consagración a María

Termina esta oración rezándole a María.

¡Oh Señora mía, 
oh Madre mía!, 
yo me entrego del todo a Ti 
y en prueba de mi afecto, 
con amor filial 
te consagro en este día: 
todo lo que soy, todo lo que tengo. 
Guarda y protege, 
y también defiende a este hijo tuyo, 
que así sea.
Amen

+  En el nombre del Padre y, del Hijo, y del Espíritu Santo: Amén.