Mi vida en Xto

Oración del jueves: “La paz esté con ustedes”

Año C – Pascua – Octava de Pascua – Jueves
31 de marzo de 2016

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+ En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.

Oración inicial

Jesús, en este día me pongo en tu presencia al iniciar mi oración. Te pido que me ayudes a creer cada vez más en ti, que mi fe se vea fortalecida y que esta oración, que es un diálogo de amigos contigo, me renueve y me ayude a ser un mejor discípulo tuyo.

Acto penitencial

Hago en silencio un breve examen de conciencia de mi último día.

Puesto en tu presencia, reconozco también buen Jesús, que muchas veces soy incoherente con el amor que te tengo. A veces me olvido de ti y te doy la espalda y prefiero las cosas fáciles que me ofrece el mundo. Te pido perdón también por mi indiferencia. Pero quiero decirte, que al mismo tiempo confío en tu perdón y en tu misericordia. Me acojo a ellas y te pido que me ayudes cada día a ser mejor.

Lectura Bíblica según el Evangelio del día

“La paz esté con ustedes” Lc 24,35-48

Ellos, por su parte, contaron lo que les había pasado en el camino y cómo lo habían reconocido al partir el pan. Todavía estaban hablando de esto, cuando Jesús se apareció en medio de ellos y les dijo:
“La paz esté con ustedes”. Atónitos y llenos de temor, creían ver un espíritu, pero Jesús les preguntó:
“¿Por qué están turbados y se les presentan esas dudas? Miren mis manos y mis pies, soy yo mismo. Tóquenme y vean. Un espíritu no tiene carne ni huesos, como ven que yo tengo”. Y diciendo esto, les mostró sus manos y sus pies. Era tal la alegría y la admiración de los discípulos, que se resistían a creer. Pero Jesús les preguntó:
“¿Tienen aquí algo para comer?”. Ellos le presentaron un trozo de pescado asado; él lo tomó y lo comió delante de todos. Después les dijo:
“Cuando todavía estaba con ustedes, yo les decía: Es necesario que se cumpla todo lo que está escrito de mí en la Ley de Moisés, en los Profetas y en los Salmos”. Entonces les abrió la inteligencia para que pudieran comprender las Escrituras, y añadió:
“Así estaba escrito: el Mesías debía sufrir y resucitar de entre los muertos al tercer día, y comenzando por Jerusalén, en su Nombre debía predicarse a todas las naciones la conversión para el perdón de los pecados. Ustedes son testigos de todo esto.

Lectura espiritual breve

Lee lo que nos dice el Padre Juan José Paniagua:

Hoy Jesús resucitado quiere de nosotros algo muy importante: que le creamos. Prestemos atención a todo lo que Jesús hace en el Evangelio de hoy para que le crean. “Miren mis manos y mis pies: soy Yo en persona.” Y no sólo miren, “tóquenme y dense cuenta que un fantasma no tiene carne ni huesos, como ven que Yo tengo. Dicho esto, les mostró las manos y los pies. Y como no acababan de creer por la alegría y el asombro, les dijo además: ¿Tienen ahí algo de comer?”. Jesús se esfuerza para que le creamos y veamos que es real; para que no dudemos. De verdad que Jesús lo ha hecho todo y es asombroso. Pero a veces todavía desconfiamos, no terminamos de creerle del todo al Señor. Creámosle a Jesús de una vez. Creámosle que tiene una misión para nosotros. Creámosle que en esta vida, no hay prueba tan dura que no podamos superar con la ayuda de Su gracia, no hay por qué desesperanzarse. Creámosle que no estamos solos en esta lucha. Que si entregamos la vida entera, no la perdemos, sino la ganamos. Es por eso que si prestamos atención, Jesús resucitado cada vez que se aparece a los apóstoles, los saluda con las mismas palabras: “Paz a vosotros”. Es que creerle al Señor es lo que nos trae la paz auténtica. Porque la paz no es no tener problemas. Eso no existe. La paz verdadera es estar en comunión con Dios, esa es la paz que nadie nos quita. Es la paz que viene como consecuencia de la fe, de creerle al Señor, de fundamentar nuestra vida en Él.

Breve meditación personal

Haz silencio en tu interior y pregúntate:

1. ¿Qué me dice el evangelio que he leído?

2. ¿Cómo ilumina mi vida?

3. ¿Qué tengo que cambiar para ser más como Jesús?

Acción de gracias y peticiones personales

Gracias Jesús por este momento de oración. Gracias por haberte entregado por mí y por haber resucitado, porque estás vivo y me acompañas en cada momento de mi peregrinar. Ayúdame a vivir esta pascua de tu resurrección con amor y generosidad.  Amén

Si quieres, puedes pedirle al Señor por tus intenciones.

Reza un Padre Nuestro, un Ave María y un Gloria…

Consagración a María

Pidámosle a María que nos acompañe siempre:

Reina del Cielo, alégrate, aleluya,
porque el Señor, a quien llevaste en tu seno, aleluya,
ha resucitado, según su palabra, aleluya.
ruega al Señor por nosotros, aleluya.

+ En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.

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