Mi vida en Xto

Oración del sábado: “Felices más bien los que escuchan la Palabra de Dios y la practican”

Año C – Tiempo Ordinario – Semana 27 – Sábado
8 de octubre de 2016

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+ En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.

Oración inicial

Te pido, Señor, que me concedas la luz de tu Espíritu para que me ilumine y acompañe en este momento de oración. Ayúdame a ser humilde y sencillo de corazón para poder entender e interiorizar tu Palabra.

Acto penitencial

Hago en silencio un breve examen de conciencia de mi último día.

Te pido arrepentido, Amigo bueno, que perdones mis faltas y pecados. Quiero abrir mi mente y corazón a la fuerza transformante de tu gracia que me purifica y transforma interiormente. Me conforta saber que Tú siempre vienes en ayuda de mi debilidad.

Lectura Bíblica según el Evangelio del día

“Felices más bien los que escuchan la Palabra de Dios y la practican” (Lc 11,27-28).

Cuando Jesús terminó de hablar, una mujer levantó la voz en medio de la multitud y le dijo: “¡Feliz el seno que te llevó y los pechos que te amamantaron!”. Jesús le respondió: “Felices más bien los que escuchan la Palabra de Dios y la practican”.

 Lectura espiritual breve

Lee este breve texto del que te ayudará a profundizar el sentido del Evangelio:

En este hermoso Evangelio, Cristo nos muestra dos aspectos fundamentales de su propia Madre. Por un lado, la mujer que estaba en medio de la multitud resalta la grandeza de María por haber sido la Madre del Mesías. Ciertamente para nosotros María es grande por haber recibido tan importante don, y también porque todo ello fue posible porque ella le dijo Sí al anuncio del Arcángel, le dijo “Hágase” a Dios. 

Y por el otro lado, Jesús parece que evitara el halago a su Madre y quisiera enseñar algo más importante: “escuchar la Palabra de Dios y ponerla en práctica”. Pero María es bienaventurada justamente porque ella sí escuchó la Palabra de Dios y la puso en práctica. Con ello nos enseña que tal vez la mayor grandeza no está en hacer grandes cosas, sino en saber escuchar con humildad la Palabra del Señor y tratar, desde nuestra propia pequeñez, de ponerla por obra.

Breve meditación personal

Haz silencio en tu interior y pregúntate:

1. ¿Yo escucho la Palabra de Dios a diario?

2. ¿Qué medio utilizo para llevar a las “obras concretas” la Palabra de Dios?

Acción de gracias y peticiones personales

Me conmueve, Jesús, cuánto nos amas. Gracias por mostrarme una vez qué grande es el camino de la pequeñez, de la pureza, de la humildad. Ayúdame Señor a ser como tu Madre, escuchando con reverencia y silencio interior tu palabra, poniéndola en práctica con generosidad y amor.  Amén

Si quieres, puedes pedirle al Señor por tus intenciones.

Reza un Padre Nuestro, un Ave María y un Gloria…

Consagración a María

Pidámosle a María que nos acompañe siempre:

Salve, Reina de los Cielos
y Señora de los ángeles;
salve raíz, salve puerta,
que dio paso a nuestra luz.

Alégrate, Virgen gloriosa,
entre todas la más bella;
salve, agraciada doncella,
ruega a Cristo por nosotros.

D: Que con el auxilio de tan dulce intercesora,

T: seamos siempre fieles en el terreno caminar. Amén

+ En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.

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