Mi vida en Xto

Oración del sábado: «Dejen a los niños, y no les impidan que vengan a mí»

Año C – Tiempo Ordinario – Semana 19 – Sábado
13 de agosto de 2016

Jesus y los ninos

+ En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.

Oración inicial

Invoco, Señor, la presencia del Espíritu para que me acompañe en este momento de oración. Ilumina mi mente y ayúdame a interiorizar tus enseñanzas y a ponerlas en obra en mi vida cotidiana.

Acto penitencial

Hago en silencio un breve examen de conciencia de mi último día.

Arrepentido por todas las veces en las que me he apartado del camino de la vida, te pido perdón Señor y te suplico que me fortalezcas y renueves en mis buenas resoluciones. Confío en Ti y me llena de esperanza saber que tu misericordia es infinita.

Lectura Bíblica: Mt 19,13-15

Le trajeron entonces a unos niños para que les impusiera las manos y orara sobre ellos. Los discípulos los reprendieron, pero Jesús les dijo: «Dejen a los niños, y no les impidan que vengan a mí, porque el Reino de los Cielos pertenece a los que son como ellos». Y después de haberles impuesto las manos, se fue de allí.

Lectura espiritual breve

Lee la siguiente reflexión del Padre Sebastián Correa:

El ser como niños plantea un hermoso desafío para nuestra vida cristiana que hace tomar conciencia de dos virtudes fundamentales del cristiano: La confianza en Dios y la pureza de corazón. El confiar en Dios no es un ejercicio irracional o una renuncia a vivir con los pies en la tierra. Antes por el contrario, es comprender que la mirada de Dios es más amplia que la nuestra y que Él, como un Padre que ama a sus hijos, nos va guiando a lo largo de la vida para que alcancemos la felicidad. Es por ello que la confianza debe ayudarnos a poner nuestras vidas, preocupaciones y dificultades en sus manos. Ciertamente eso no quiere decir que debamos renunciar a buscar con nuestras capacidades respuesta o soluciones a lo que se nos presenta. Pero debemos hacerlo en una actitud orante, buscando en Él esas respuestas para que desde nuestra pequeñez podamos cooperar con su gracia.

La pureza de corazón nos ayuda a vivir con intenciones rectas. Es muy importante que nos preguntemos a menudo: ¿Por qué hago esto? Y así revisar las intenciones de nuestro corazón. Quien confía en Dios y ha puesto su vida en sus manos, comprende que el amor debe ser la mayor intención en nuestro corazón y, por lo mismo, será la seguridad de que buscamos seguir el Plan de amor que Dios tiene para nosotros, y no nuestras propia apetencias.

Breve meditación personal

Haz silencio en tu interior y pregúntate:

1. ¿Vivo confiado en el Señor? ¿Qué me falta para confiar más en Él?
2. ¿Es el amor lo que guía mis intenciones? ¿Entiendo el Plan de Dios como un camino de amor para mí?

Acción de gracias y peticiones personales

Gracias, Amigo bueno, por este momento de oración. Te pido que me ayudes a construir en mi familia un verdadero cenáculo de amor. Que mis hijos puedan encontrar en el hogar un espacio de crecimiento espiritual y encuentro contigo. Amén.

Si quieres, puedes pedirle al Señor por tus intenciones.

Reza un Padre Nuestro, un Ave María y un Gloria…

Consagración a María

Pidámosle a María que nos acompañe siempre:

Cuando Tú estás junto a mí me siento confiado y seguro. Tu auxilio maternal me hace experimentar el calor de tu ternura. Acompáñame siempre, ¡oh Santísima! Nunca te alejes de mí, incluso cuando yo me muestre ingrato; apelo a tu comprensión y perdón de Madre. Tu dulce perseverancia será siempre un ardoroso ejemplo y un aliciente para mi fidelidad. Amén.

+ En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.

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