Mi vida en Xto

Oración del viernes: «Sean entonces astutos como serpientes y sencillos como palomas»

Año C – Tiempo Ordinario – Semana 14 – Viernes
8 de julio de 2016

Mansos-CVC-La-Voz

+ En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.

Oración inicial

Buen Jesús, yo creo que Tú eres el Señor de la vida. Yo creo que Tú has venido a reconciliar todas mis rupturas y que me amas hasta el extremo. Te pido que me ayudes a recorrer el camino de la humildad y así poder asemejarme cada vez más a Ti, amando como Tú nos amas.

Acto penitencial

Hago en silencio un breve examen de conciencia de mi último día.

Te pido perdón Señor por todos mis pecados. Son tantas las veces que te he fallado que me da vergüenza mirar tu rostro. Sin embargo, sé que Tú eres todo amor y misericordia, que siempre estás esperándome y ofreciéndome el perdón. Ayúdame, Señor, a saber acoger tu perdón y a amarte con todas mis fuerzas y con todo mi corazón.

Lectura Bíblica: Mt 10,16-23

Yo los envío como a ovejas en medio de lobos: sean entonces astutos como serpientes y sencillos como palomas. Cuídense de los hombres, porque los entregarán a los tribunales y los azotarán en las sinagogas. A causa de mí, serán llevados ante gobernadores y reyes, para dar testimonio delante de ellos y de los paganos. Cuando los entreguen, no se preocupen de cómo van a hablar o qué van a decir: lo que deban decir se les dará a conocer en ese momento, porque no serán ustedes los que hablarán, sino que el Espíritu de su Padre hablará en ustedes. El hermano entregará a su hermano para que sea condenado a muerte, y el padre a su hijo; los hijos se rebelarán contra sus padres y los harán morir. Ustedes serán odiados por todos a causa de mi Nombre, pero aquel que persevere hasta el fin se salvará. Cuando los persigan en una ciudad, huyan a otra, y si los persiguen en esta, huyan a una tercera. Les aseguro que no acabarán de recorrer las ciudades de Israel, antes de que llegue el Hijo del hombre.

Lectura espiritual breve

Lee con atención este texto del Padre Juan José Paniagua:

Los equipos de fútbol, antes de un partido importante reciben una arenga, una motivación, para jugar con entusiasmo. Los ejércitos, antes de partir a la guerra reciben unas palabras motivadoras. Y cuando alguien se lanza a una misión importante, también necesita ser alentado. En el Evangelio de hoy Jesús envía a sus apóstoles, pero pareciera que antes que motivarlos los quisiera desanimar. Escuchemos lo que dice: van a ser perseguidos, los van a odiar por mi nombre, azotar, los van a rechazar. Bajo esos términos, ¿quién se anima a seguir a Jesús? ¿Quién quisiera estar con Él en la misma misión?

Pero obviamente Jesús no los quiere desalentar. Quiere más bien prepararlos para los momentos difíciles, que vendrán de todas maneras. Los momentos difíciles son parte de nuestra condición humana, y no son una maldición, más bien son oportunidades privilegiadas para sacar lo mejor de nosotros mismos. Y el Señor nos va a enseñar hoy que la actitud para enfrentar el mal es la bondad, la misericordia, la mansedumbre. Aquello que el mundo considera una debilidad, es fuerza para Dios. Vencer el mal con el bien es la consigna divina. Ser mansos como palomas, es decir, vencer el mal, pero no con violencia, sino con misericordia. Porque si dejamos de ser ovejas y nos convertimos en lobos, perdemos. Pero al mismo tiempo ser también astutos, no creer que todo se va a solucionar si no ponemos de nuestra parte. Somos ovejas en medio de lobos, pero ovejas que no están solas, están con su Buen Pastor, que da la vida por ellas.

Breve meditación personal

Haz silencio en tu interior y pregúntate:

1. ¿Cómo enfrento los momentos difíciles, con esperanza y confianza en Dios? ¿O me dejo vencer por el temor y la tristeza?

2. ¿Estoy dispuesto a vencer el mal con la fuerza del bien? ¿O muchas veces prefiero convertirme también en un lobo, y pagar el mal con la misma moneda?

Acción de gracias y peticiones personales

Gracias Señor por tu inmenso amor. Gracias por llamarme a ser un apóstol tuyo, testigo de tu amor en el mundo. Ayúdame a ser astuto como serpiente y sencillo como paloma, anunciando tu Reino en todo tiempo y lugar. Ayúdame a confiar siempre en tus promesas, especialmente ante las pruebas y dificultades. Amén.

Si quieres, puedes pedirle al Señor por tus intenciones.

Reza un Padre Nuestro, un Ave María y un Gloria…

Consagración a María

Pidámosle a María que nos acompañe siempre:

Salve, Reina de los Cielos
y Señora de los ángeles;
salve raíz, salve puerta,
que dio paso a nuestra luz.

Alégrate, Virgen gloriosa,
entre todas la más bella;
salve, agraciada doncella,
ruega a Cristo por nosotros.

+ En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.

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