+ En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Oración inicial
Señor Jesús, yo sé que eres quien me muestra que el Padre está cerca de mí, y con el Santo Espíritu me iluminas para ir conociéndote cada día más. Ayúdame a cooperar contigo en esta oración y poder así ser un cristiano cada vez más coherente.
Acto penitencial
Hago en silencio un breve examen de conciencia de mi último día.
Perdón Jesús pues hoy me he olvidado de Ti en algunos momentos. Sé que estas faltas y pecados dificultan nuestra amistad, pero aún así siempre estás saliendo a mi encuentro para perdonarme. Gracias Señor por tu inmensa misericordia, y ayúdame a ser humilde para reconocer cuánto necesito de Ti.
Lectura Bíblica: Jn 17,11b -19
Yo ya no estoy más en el mundo, pero ellos se quedan en el mundo, mientras yo vuelvo a ti. Padre Santo, guárdalos en ese Nombre tuyo que a mí me diste, para que sean uno como nosotros. Cuando estaba con ellos, yo los cuidaba en tu Nombre, pues tú me los habías encomendado, y ninguno de ellos se perdió, excepto el que llevaba en sí la perdición, pues en esto había de cumplirse la Escritura. Pero ahora que voy a ti, y estando todavía en el mundo digo estas cosas para que tengan en ellos la plenitud de mi alegría. Yo les he dado tu mensaje y el mundo los ha odiado porque no son del mundo, como tampoco yo soy del mundo. No te pido que los saques del mundo, sino que los defiendas del Maligno. Ellos no son del mundo, como tampoco yo soy del mundo. Conságralos mediante la verdad: tu palabra es verdad. Así como tú me has enviado al mundo, así yo también los envío al mundo; por ellos ofrezco el sacrificio, para que también ellos sean consagrados en la verdad.
Lectura espiritual breve
Lee estas palabras del Papa Benedicto XVI:
Estar inmersos en la verdad y, así, en la santidad de Dios, también significa para nosotros aceptar el carácter exigente de la verdad; contraponerse tanto en las cosas grandes como en las pequeñas a la mentira que hay en el mundo en tantas formas diferentes; aceptar la fatiga de la verdad, para que su alegría más profunda esté presente en nosotros. Cuando hablamos del ser consagrados en la verdad, tampoco hemos de olvidar que, en Jesucristo, verdad y amor son una misma cosa. Estar inmersos en Él significa ahondar en su bondad, en el amor verdadero. El amor verdadero no cuesta poco, puede ser también muy exigente. Opone resistencia al mal, para llevar el verdadero bien al hombre. Si nos hacemos uno con Cristo, aprendemos a reconocerlo precisamente en los que sufren, en los pobres, en los pequeños de este mundo; entonces nos convertimos en personas que sirven, que reconocen a sus hermanos y hermanas, y en ellos encuentran a Él mismo.
Breve meditación personal
Haz silencio en tu interior y pregúntate:
1.- ¿Qué me dice el evangelio que he leído?
2.- ¿Cómo ilumina mi vida?
3.- ¿Qué tengo que cambiar para ser más como Jesús?
4.- ¿Qué me falta para ser más como Él?
Acción de gracias y peticiones personales
Te doy gracias Jesús por este momento de oración. Te pido que pueda profundizar cada vez más en las verdades que me muestras para mi felicidad. Y también obténme Señor la fortaleza para cooperar activamente con tu gracia, y así seguir, día a día, la guía de tu Santo Espíritu de Amor. Amén.
Si quieres, puedes pedirle al Señor por tus intenciones.
Reza un Padre Nuestro, un Ave María y un Gloria…
Consagración a María
Pidámosle a María que nos acompañe siempre:
Salve, Reina de los Cielos y Señora de los ángeles; salve raíz, salve puerta, que dio paso a nuestra luz. Alégrate, Virgen gloriosa, entre todas la más bella; salve, agraciada doncella, ruega a Cristo por nosotros. Amén.
+ En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.