Mi vida en Xto

Oración del lunes: “Síganme, y yo los haré pescadores de hombres”

En los lugares donde se celebró el Bautismo del Señor el Domingo:

Ciclo B – Tiempo Ordinario – Semana 01 – Lunes
8 de enero de 2017

+  En el nombre del Padre y, del Hijo, y del Espíritu Santo: Amén.

Oración inicial

Puesto en tu presencia, Señor, quiero date gracias porque me permites compartir este momento de comunión contigo. Quiero escuchar tu Palabra, acogerla en mi interior y seguir tus enseñanzas. Dame la luz y la gracia que necesito para poder hacerlo.

Acto penitencial

(Hago en silencio un breve examen de conciencia de mi último día).

Cuando tomo conciencia de mi fragilidad muchas veces experimento la tentación de ceder a la desesperanza. ¡Cuántas veces soy negligente en mi combate espiritual! Sin embargo, Tú siempre estás esperándome con los brazos abiertos para perdonarme y devolverme a la vida. Sé que eres todo amor y misericordia y eso me llena de confianza y de esperanza.

Lectura Bíblica según el Evangelio del día

“Inmediatamente, ellos dejaron sus redes y lo siguieron” (Mc 1,14-20).

Después que Juan fue arrestado, Jesús se dirigió a Galilea. Allí proclamaba la Buena Noticia de Dios, diciendo: “El tiempo se ha cumplido: el Reino de Dios está cerca. Conviértanse y crean en la Buena Noticia”. Mientras iba por la orilla del mar de Galilea, vio a Simón y a su hermano Andrés, que echaban las redes en el agua, porque eran pescadores. Jesús les dijo: “Síganme, y yo los haré pescadores de hombres”. Inmediatamente, ellos dejaron sus redes y lo siguieron. Y avanzando un poco, vio a Santiago, hijo de Zebedeo, y a su hermano Juan, que estaban también en su barca arreglando las redes. En seguida los llamó, y ellos, dejando en la barca a su padre Zebedeo con los jornaleros, lo siguieron.

Lectura espiritual breve

Profundiza en el llamado que Jesús te hace a la conversión y a ser su discípulo ayudado por esta reflexión del Padre Sebastián Correa:

Jesús manifiesta 3 elementos fundamentales: El Reino de Dios está cerca, el llamado a la conversión y la invitación a creer en la Buena Noticia. Estos 3 elementos en el mensaje de Jesús se pueden resumir en el llamado que le hace a los apóstoles: “Síganme”. Tanto la llegada del Reino, como la conversión y el don de la fe sólo podremos conseguirlos en la medida en que estemos dispuestos se seguir a Jesucristo. Para nosotros la vida cristiana no es un código moral ni una lista de pecados que debemos evitar, sino por el contrario, es la relación personal con Aquel que siendo Dios se hizo hombre por nosotros y dio su vida en lo alto de la Cruz para reconciliarnos.

La actitud de los apóstoles para nosotros es ejemplar pues “ellos lo siguieron”. ¿Cuántas veces ponemos trabas a ese seguimiento de Jesús y no nos atrevemos a dar el paso hacia Él? Si Cristo realmente es el Camino, la Verdad y la Vida, nuestra respuesta tiene que ser sin titubeos como fue la de la Virgen ante el arcángel Gabriel: “Hágase en mí según tu palabra”.

Breve meditación personal

Haz silencio en tu interior y pregúntate:

1.- ¿Qué significa para mí seguir a Jesús?

2.- ¿Sigo a Jesús y sus enseñanzas con coherencia y fidelidad… o vivo un “seguimiento a mi manera”?

3.- ¿Qué puedo hacer para tener una relación más estrecha con Cristo?

Acción de gracias y peticiones personales

Gracias Jesús por renovarme en mi resolución de convertirme cada vez más a Ti y creer en tu Evangelio. Ayúdame a ser como Simón y Andrés, como Santiago y Juan, y seguirte sin temor. Quiero seguir tus pasos, ser tu discípulo. Me fortalece la certeza de que me amas y siempre me acompañas.

(Si quieres, puedes pedirle al Señor por tus intenciones).

Reza un Padre Nuestro, un Ave María y un Gloria…

Consagración a María

Termina esta oración rezándole a María:

¡Oh Señora mía, oh Madre mía!,
yo me entrego del todo a Ti,
y en prueba de mi filial afecto,
te consagro en este día
mis ojos, mis oídos, mi lengua y mi corazón,
en una palabra, todo mi ser,
ya que soy todo tuyo,
¡oh Madre de bondad!,
guárdame y protégemecomo hijo tuyo. Amén.

+  En el nombre del Padre y, del Hijo, y del Espíritu Santo: Amén.