Mi vida en Xto

Oración del viernes: “El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán”

Ciclo A – Tiempo Ordinario – Semana 34 – Viernes
1° de diciembre de 2017

+  En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén

Oración inicial

Buen Jesús, te agradezco por este momento que tengo para estar contigo. Te pido, Buen Señor, que tu palabra ilumine mi interior para que así, pueda ser cada vez un cristiano más coherente y más fiel a su Señor.

Acto penitencial

Hago en silencio un breve examen de conciencia de mi último día.

Señor, soy frágil y pecador. Te pido perdón por todos mis pecados y te ruego que me des tu gracia y fortaleza para ponerme de pie y no pecar más contra Ti.

Lectura Bíblica según el Evangelio del día

“El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán” (Lc 21,29-33)

Y Jesús les hizo esta comparación: “Miren lo que sucede con la higuera o con cualquier otro árbol. Cuando comienza a echar brotes, ustedes se dan cuenta de que se acerca el verano.

Así también, cuando vean que suceden todas estas cosas, sepan que el Reino de Dios está cerca.
Les aseguro que no pasará esta generación hasta que se cumpla todo esto.
El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán”.

Lectura espiritual breve

Reflexiona con estas palabras de San Juan Pablo II:

«El Padre de nuestro Señor Jesucristo ilumine los ojos de nuestro corazón, para que comprendamos los signos de los tiempos nuevos» (ver Ef 1,17; Lc 21,29-31). La liturgia de hoy nos invita a pedir a Dios que ilumine nuestro corazón con la luz de su gracia. ¡La luz y la sabiduría del corazón! Este es el camino real por el cual podemos llegar al descubrimiento de la verdad. Se trata de un bien precioso que debemos pedir para todos los hijos de la Iglesia, para que sepan afrontar con valentía los desafíos de nuestro tiempo.

Breve meditación personal

Haz silencio en tu interior y pregúntate:

1. ¿Qué me dice el evangelio que he leído?

2. ¿Cómo ilumina mi vida?

3. ¿Qué tengo que cambiar para ser más como Jesús?

Acción de gracias y peticiones personales

Gracias Señor por esta oración. Gracias por mostrarme la importancia de instaurar tu Reino acá en medio de los hombres. Ayúdame a ser un evangelizador que no tema anunciarte a los demás y que con parresía proclame tu Buena Nueva a todos las gentes. Amén.

Si quieres, puedes pedirle al Señor por tus intenciones.

Reza un Padre Nuestro, un Ave María y un Gloria…

Consagración a María

Encomendémonos a nuestra Madre rezando:

Dios te salve, Reina y Madre de misericordia,
vida, dulzura y esperanza nuestra.

Dios te salve.

A Ti clamamos los desterrados hijos de Eva,
a Ti suspiramos, gimiendo y llorando en este valle de lágrimas.

Ea, pues, Señora Abogada Nuestra,
vuelve a nosotros tus ojos misericordiosos,
y después de este destierro, muéstranos a Jesús,
fruto bendito de tu vientre.

Oh, clemente, oh piadosa, oh dulce Virgen María.

Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios,
para que seamos dignos de alcanzar las promesas de Nuestro Señor Jesucristo.

Amén

+  En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén

Lecturas de la Misa del día