Ciclo A – Tiempo Ordinario – Semana 34 – Jueves
30 de noviembre de 2017
San Andrés, Apóstol
+ En el nombre del Padre y, del Hijo, y del Espíritu Santo: Amén.
Oración inicial
Puesto en tu presencia, Señor, quiero date gracias porque me permites compartir este momento de comunión contigo. Quiero escuchar tu Palabra, acogerla en mi interior y seguir tus enseñanzas. Dame la luz y la gracia que necesito para poder hacerlo.
Acto penitencial
(Hago en silencio un breve examen de conciencia de mi último día).
Cuando tomo conciencia de mi fragilidad muchas veces experimento la tentación de ceder a la desesperanza. ¡Cuántas veces soy negligente en mi combate espiritual! Sin embargo, Tú siempre estás esperándome con los brazos abiertos para perdonarme y devolverme a la vida. Sé que eres todo amor y misericordia y eso me llena de confianza y de esperanza.
Lectura Bíblica según el Evangelio del día
“Inmediatamente, ellos dejaron las redes y lo siguieron” (Mt 4,18-22).
Mientras caminaba a orillas del mar de Galilea, Jesús vio a dos hermanos: a Simón, llamado Pedro, y a su hermano Andrés, que echaban las redes al mar porque eran pescadores. Entonces les dijo: “Síganme, y yo los haré pescadores de hombres”. Inmediatamente, ellos dejaron las redes y lo siguieron. Continuando su camino, vio a otros dos hermanos: a Santiago, hijo de Zebedeo, y a su hermano Juan, que estaban en la barca con Zebedeo, su padre, arreglando las redes; y Jesús los llamó. Inmediatamente, ellos dejaron la barca y a su padre, y lo siguieron.
Lectura espiritual breve
Profundiza en el llamado que Jesús te hace a la conversión y a ser su discípulo ayudado por esta reflexión preparada por el P. Sebastián Correa:
La vocación de los primeros discípulos nos recuerda la esencia de la vida cristiana, pues “inmediatamente lo siguieron”. Muchas veces podemos ver el camino hacia la santidad como una serie de normas o de mandamientos que tenemos que cumplir, pero nada de eso tiene sentido si no centramos nuestra propia vida en el seguimiento del Señor Jesús. Los primeros apóstoles escucharon el llamado y tomaron la decisión de seguirlo. Por lo mismo, todo cristiano debe responder activamente a la invitación que le hace el Señor y “tomar la decisión” de seguirlo, pero sin olvidar nunca que quien llama es el mismo Señor, y es de Él de quien procede la gracia que nos fortalece, nos sostiene y nos hace posible ese seguimiento.
Breve meditación personal
(Haz silencio en tu interior y pregúntate:)
1.- ¿Yo también soy de los que inmediatamente busca seguir al Señor?
2.- ¿Qué me falta dejar, para seguir a Jesús con mayor libertad?
3.- ¿Qué me falta ganar, para tener más fuerzas para seguir al Señor con generosidad?
Acción de gracias y peticiones personales
Gracias Jesús por renovarme en mi resolución de convertirme cada vez más a Ti y creer en tu Evangelio. Ayúdame a ser como Simón y Andrés, como Santiago y Juan, y seguirte sin temor. Quiero seguir tus pasos, ser tu discípulo. Me fortalece la certeza de que me amas y siempre me acompañas.
(Si quieres, puedes pedirle al Señor por tus intenciones).
Reza un Padre Nuestro, un Ave María y un Gloria…
Consagración a María
Termina esta oración rezándole a María:
Madre del Redentor, Virgen fecunda
puerta del Cielo
siempre abierta,
estrella del mar
ven a librar al pueblo que tropieza
y se quiere levantar.
Ante la admiración
de cielo y tierra,
engendraste a tu Santo Creador,
y permanecés siempre Virgen,
recibe el saludo del ángel Gabriel
y ten piedad de nosotros pecadores.
+ En el nombre del Padre y, del Hijo, y del Espíritu Santo: Amén.