Ciclo A – Tiempo Ordinario – Semana 32 – Sábado
18 de noviembre de 2017
+ En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Oración inicial
Señor Jesús, enséñame a rezar. Hoy me pongo frente a Ti para aprender a rezar sin desfallecer. Mi corazón te anhela, mi corazón te busca y yo, confiado en tu Amor, vengo ante Ti para hablarte y escucharte. Señor, acrecienta mi fe para que confíe de verdad en Ti y en tu Palabra.
Acto penitencial
Hago en silencio un breve examen de conciencia de mi último día.
Señor Jesús, reconozco que me falta fe, que necesito confiar más en Ti y que muchas veces actúo directamente en contra de tu Amor. Sin embargo, mi corazón quiere encontrarse profundamente contigo por medio de esta oración. Ayúdame a confiar en tu misericordia. Te pido perdón por todas mis faltas de fe y por todas las ocasiones en las que me he cerrado a tu Amor.
Lectura Bíblica según el Evangelio del día
“Dios hará justicia a sus elegidos que le gritan” (Lc 18,1-8)
Después les enseñó con una parábola que era necesario orar siempre sin desanimarse: «En una ciudad había un juez que no temía a Dios ni le importaban los hombres; y en la misma ciudad vivía una viuda que recurría a él, diciéndole: “Te ruego que me hagas justicia contra mi adversario”. Durante mucho tiempo el juez se negó, pero después dijo: “Yo no temo a Dios ni me importan los hombres, pero como esta viuda me molesta, le haré justicia para que no venga continuamente a fastidiarme”». Y el Señor dijo: «Oigan lo que dijo este juez injusto. Y Dios, ¿no hará justicia a sus elegidos, que claman a Él día y noche, aunque los haga esperar? Les aseguro que en un abrir y cerrar de ojos les hará justicia. Pero cuando venga el Hijo del hombre, ¿encontrará fe sobre la tierra?».
Lectura espiritual breve
Meditemos en lo que nos dice San Juan Crisóstomo:
El que te redimió y el que quiso crearte, fue quien lo dijo. No quiere que cesen tus oraciones; quiere que medites los beneficios cuando pides y quiere que por la oración recibas lo que su bondad quiere concederte. Nunca niega sus beneficios a quien los pide y por su piedad excita a los que oran a que no se cansen de orar. Admite, pues, con gusto las exhortaciones del Señor: debes querer lo que manda y debes no querer lo que el mismo Señor prohíbe. Considera, finalmente, cuánta es la gracia que se te concede: tratar con Dios por la oración y pedir todo lo que deseas. Y aunque el Señor calla en cuanto a la palabra, responde con los beneficios. No desdeña lo que le pides, no se hastía sino cuando callas.
Breve meditación personal
Haz silencio en tu interior y pregúntate:
1. ¿Qué me dice el evangelio que he leído?
2. ¿Cómo ilumina mi vida?
3. ¿Qué tengo que cambiar para ser más como Jesús?
Acción de gracias y peticiones personales
Gracias Señor por la oportunidad que me das para hablar contigo y relacionarme contigo como hijo tuyo que soy. Te pido Señor me enseñes a orar y a ser perseverante en mi diálogo contigo. Me reconozco frágil en la oración; muchas son las veces que prefiero no rezar, pero Tú me llamas constantemente a pedirte, a hablarte, a confiar plenamente en Ti. Te pido Señor que no dejes de atraerme hacia Ti y que me des la perseverancia necesaria para acercarme a ti como Padre y amigo por el medio precioso de la oración. Amén.
Si quieres, puedes pedirle al Señor por tus intenciones.
Reza un Padre Nuestro, un Ave María y un Gloria…
Consagración a María
Pidámosle a María que nos acompañe siempre:
Salve, Reina de los Cielos
y Señora de los ángeles;
salve raíz, salve puerta,
que dio paso a nuestra luz.
Alégrate, Virgen gloriosa,
entre todas la más bella;
salve, agraciada doncella,
ruega a Cristo por nosotros.
+ En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.