Ciclo A – Tiempo Ordinario – Semana 29 – Jueves
26 de octubre de 2017
+ En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Oración inicial
Señor Jesús, puesto en tu presencia te pido que me ayudes a tener silencio interior para escuchar tu palabra y que, atesorándola en mi corazón, busque vivirla cada día con mayor ardor y entrega generosa.
Acto penitencial
Hago en silencio un breve examen de conciencia de mi último día.
Te quiero pedir perdón, Buen Jesús, por mis faltas y pecados. Reconozco lo lejano que a veces está mi corazón del Plan que el Padre tiene para mí. Pero al mirar tu corazón lleno de amor por nosotros, sé que tu misericordia siempre está presente.
Lectura Bíblica
«Yo he venido a traer fuego sobre la tierra, ¡y cómo desearía que ya estuviera ardiendo!» Lc 12,49-53
«Yo he venido a traer fuego sobre la tierra, ¡y cómo desearía que ya estuviera ardiendo! Tengo que recibir un bautismo, ¡y qué angustia siento hasta que esto se cumpla plenamente! ¿Piensan ustedes que he venido a traer la paz a la tierra? No, les digo que he venido a traer la división. De ahora en adelante, cinco miembros de una familia estarán divididos, tres contra dos y dos contra tres: el padre contra el hijo y el hijo contra el padre, la madre contra la hija y la hija contra la madre, la suegra contra la nuera y la nuera contra la suegra».
Lectura espiritual breve
Lee este texto del Papa San Juan XXIII:
Pues bien; sólo la verdad de Cristo hace libres (Jn 8,32); ella da la respuesta que cada cual espera, pero que a veces, por el sacrificio que exige, se teme escuchar. Sed, pues, testigos vivos de la verdad. De aquí brotará la alegría siempre genuina de vuestro corazón. Que vuestro apostolado sea de caridad. La juventud busca un corazón que comprenda, antes incluso que una luz que ilumine. Redoblad vuestros esfuerzos para difundir en el mundo ese fuego que Jesús trajo: «He venido a traer fuego a la tierra y ¿qué he de querer sino que arda?» (Lc 12,49). La caridad es este fuego, que ablanda los corazones más endurecidos. Sed, por tanto, apóstoles de caridad en el pensamiento y en el trato, en las palabras y obras; id a quien tiene necesidad y sufre en silencio; vivificad el trabajo de asociación con una generosa práctica en las formas que os son posibles.
Breve meditación personal
Haz silencio en tu interior y pregúntate:
1. ¿Qué me dice el Evangelio que he leído?
2. ¿Cómo ilumina mi vida?
3. ¿Qué tengo que cambiar para ser más como Jesús?
4. ¿Qué me falta para ser más como Él?
Acción de gracias y peticiones personales
Gracias Señor por mostrarme la importancia de vivir el amor auténtico. Seguirte no es fácil e implica que muchas veces los demás no me comprendan. Dame la gracia que necesito para ser fuerte, y no sólo fuerte sino generoso en el anuncio de tu Palabra. Amén.
Si quieres, puedes pedirle al Señor por tus intenciones.
Reza un Padre Nuestro, un Ave María y un Gloria…
Consagración a María
Pidámosle a María que nos acompañe siempre:
Madre del Redentor, Virgen fecunda
puerta del Cielo
siempre abierta,
estrella del mar
ven a librar al pueblo que tropieza
y se quiere levantar.
Ante la admiración
de cielo y tierra,
engendraste a tu Santo Creador,
y permanecés siempre Virgen,
recibe el saludo del ángel Gabriel
y ten piedad de nosotros pecadores.
+ En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.