Ciclo A – Tiempo Ordinario – Semana 26 – Sábado
7 de octubre de 2017
+ En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Oración inicial
¡Creo Señor, pero aumenta mi fe! Quédate conmigo en este espacio de encuentro contigo. Que pueda crecer cada vez más en el amor a Ti para que algún día pueda gozar de la comunión eterna con todos los santos del cielo.
Acto penitencial
Hago en silencio un breve examen de conciencia de mi último día.
Perdóname Señor por todos los momentos en que me quedo centrado en mí mismo y me olvido de mirarte. Sé que tu amor es más fuerte y que con tu misericordia me ayudas a levantarme una y otra vez de cada caída.
Lectura Bíblica
«Alégrense más bien de que sus nombres estén escritos en el cielo» Lc 10,17-24
Los setenta y dos volvieron y le dijeron llenos de gozo: «Señor, hasta los demonios se nos someten en tu Nombre». Él les dijo: «Yo veía a Satanás caer del cielo como un rayo. Les he dado poder de caminar sobre serpientes y escorpiones y para vencer todas las fuerzas del enemigo; y nada podrá dañarlos. No se alegren, sin embargo, de que los espíritus se les sometan; alégrense más bien de que sus nombres estén escritos en el cielo». En aquel momento Jesús se estremeció de gozo, movido por el Espíritu Santo, y dijo: «Te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, por haber ocultado estas cosas a los sabios y a los prudentes y haberlas revelado a los pequeños. Sí, Padre, porque así lo has querido. Todo me ha sido dado por mi Padre, y nadie sabe quién es el Hijo, sino el Padre, como nadie sabe quién es el Padre, sino el Hijo y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar». Después, volviéndose hacia sus discípulos, Jesús les dijo a ellos solos: «¡Felices los ojos que ven lo que ustedes ven! ¡Les aseguro que muchos profetas y reyes quisieron ver lo que ustedes ven y no lo vieron, oír lo que ustedes oyen y no lo oyeron!».
Lectura espiritual breve
Medita con este texto del Papa Francisco:
Dice el Evangelio que estos setenta y dos regresaron de su misión llenos de alegría, porque habían experimentado el poder del Nombre de Cristo contra el mal. Jesús lo confirma: a estos discípulos Él les da la fuerza para vencer al maligno. Pero agrega: «No estéis alegres porque se os someten los espíritus; estad alegres porque vuestros nombres están escritos en el cielo» (Lc 10,20). No debemos gloriarnos como si fuésemos nosotros los protagonistas: el protagonista es uno sólo, ¡es el Señor! Protagonista es la gracia del Señor. Él es el único protagonista. Nuestra alegría es sólo esta: ser sus discípulos, sus amigos. Que la Virgen nos ayude a ser buenos obreros del Evangelio.
Breve meditación personal
Haz silencio en tu interior y pregúntate:
1.- ¿Qué me dice el Evangelio que he leído?
2.- ¿Cómo ilumina mi vida?
3.- ¿Qué tengo que cambiar para ser más como Jesús?
4.- ¿Qué me falta para ser más como Él?
Acción de gracias y peticiones personales
Gracias Señor por este encuentro contigo. Gracias por hablarme a lo profundo de mi corazón y mostrarme cuánto necesito de Ti. Ayúdame a tomar conciencia de que lo esencial en la vida no es cuantos beneficios y logros obtenga en el mundo, sino que mi nombre esté escrito en el Cielo. Amén.
Si quieres, puedes pedirle al Señor por tus intenciones.
Reza un Padre Nuestro, un Ave María y un Gloria…
Consagración a María
Pidámosle a María que nos acompañe siempre:
Salve, Reina de los Cielos
y Señora de los ángeles;
salve raíz, salve puerta,
que dio paso a nuestra luz.
Alégrate, Virgen gloriosa,
entre todas la más bella;
salve, agraciada doncella,
ruega a Cristo por nosotros.
+ En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.