Ciclo A – Tiempo Ordinario – Semana 11 – Martes
20 de junio de 2017
+ En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Oración inicial
Señor Jesús, Tú que viniste a reconciliar a la humanidad, ayúdame a escuchar tus palabras de vida para que, acogiendo tus enseñanzas, pueda hacerlas vida en mí.
Acto penitencial
Hago en silencio un breve examen de conciencia de mi último día.
Te pido perdón Jesús por todos mis pecados. Sé que no soy digno de tu perdón, pero también sé que tu misericordia es más grande que mis pecados. Acoge, Buen Señor, a este humilde siervo tuyo y ayúdame a no pecar más contra Ti.
Lectura Bíblica
«Sean perfectos como es perfecto el Padre que está en el cielo» (Mt 5,43-48)
Ustedes han oído que se dijo: «Amarás a tu prójimo y no harás amistad con tu enemigo». Pero yo les digo: Amen a sus enemigos y recen por sus perseguidores, para que así sean hijos de su Padre que está en los Cielos. Porque él hace brillar su sol sobre malos y buenos, y envía la lluvia sobre justos y pecadores. Si ustedes aman solamente a quienes los aman, ¿qué mérito tiene? También los cobradores de impuestos lo hacen. Y si saludan sólo a sus amigos, ¿qué tiene de especial? También los paganos se comportan así. Por su parte, sean ustedes perfectos como es perfecto el Padre de ustedes que está en el Cielo.
Lectura espiritual breve
Lee estas breves palabras del Papa Francisco:
Se puede vencer por tantos caminos, pero la gracia que pedimos hoy es la gracia de la victoria con el amor, por medio del amor. Y esto no es fácil. Cuando tenemos enemigos fuera que nos hacen sufrir mucho, no es fácil vencer con el amor. Nos vienen ganas de vengarnos, de hacer algo contra ellos… El amor: esa mansedumbre que Jesús nos ha enseñado, ¡ésa es la victoria! El apóstol Juan nos dice, en la primera Carta: «Esta es nuestra victoria: nuestra fe». Nuestra fe es precisamente creer en Jesús que nos ha enseñado el amor y nos ha enseñado a amar a todos. Y la prueba de que nosotros estamos en el amor es cuando rezamos por nuestros enemigos. Rezar por los enemigos, por los que nos hacen sufrir “no es fácil”. Pero somos cristianos vencidos si no perdonamos a los enemigos y si no rezamos por ellos. Cuántos cristianos tristes y desanimados encontramos porque no han tenido esta gracia de soportar con paciencia y vencer con amor.
Breve meditación personal
Haz silencio en tu interior y pregúntate:
1. ¿Qué me dice el Evangelio que he leído?
2. ¿Cómo ilumina mi vida?
3. ¿Qué tengo que cambiar para ser más como Jesús?
Acción de gracias y peticiones personales
Gracias Buen Jesús por esta oración. Ayúdame a querer con todo mi corazón la santidad que Tú me invitas a vivir. Sé que mis fuerzas son del todo insuficientes, pero también sé que Tú estás conmigo y nunca me abandonas. Por eso espero confiado en Ti y buscaré poner todo lo que esté de mi parte para colaborar con tu gracia. Amén.
Si quieres, puedes pedirle al Señor por tus intenciones.
Reza un Padre Nuestro, un Ave María y un Gloria…
Consagración a María
Pidámosle a María que nos acompañe siempre:
Acuérdate,
¡oh piadosísima, Virgen María!,
que jamás se ha oído decir
que ninguno de los que
han acudido a tu protección,
implorando tu auxilio
haya sido abandonado de Ti.
Animado con esta confianza,
a Ti también yo acudo,
y me atrevo a implorarte
a pesar del peso de mis pecados.
¡Oh Madre del Verbo!,
no desatiendas mis súplicas,
antes bien acógelas benignamente. Amén
+ En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.