En el II Domingo de Pascua, tras haber celebrado la Santa Misa con ocasión de la Fiesta de la Divina Misericordia en el Santuario romano “Santo Spirito in Sassia”, el Papa Francisco rezó allí mismo la oración mariana del Regina Coeli, acompañado por un grupo de fieles, respetando siempre las normas de seguridad de distancia social en el marco de la actual pandemia.
“Antes de concluir esta celebración, me gustaría dar las gracias a todos los que han trabajado para prepararla y transmitirla en directo”, dijo el Santo Padre saludando a todas las personas que se sumaron a la transmisión conectados a través de los medios de comunicación.
“Dirijo un saludo particular a ustedes, presentes aquí en la iglesia Santo Spirito in Sassia, Santuario de la Divina Misericordia: fieles habituales, personal de enfermería, detenidos, personas con discapacidades, refugiados y migrantes, Hermanas Hospitalarias de la Divina Misericordia, voluntarios de la Defensa Civil”, añadió Francisco, recordando que cada uno de ellos “representa algunas de las realidades en las que la misericordia se hace concreta, se convierte en cercanía, servicio, atención a las personas en dificultad”.
“Espero que se sientan siempre misericordiados para ser, a su vez, misericordiosos. Que la Virgen María, Madre de la Misericordia, obtenga esta gracia a todos nosotros”, concluyó el Papa.
Ciudad del Vaticano