Ciclo A – Cuaresma – Semana 03 – Lunes
20 de marzo de 2017
Solemnidad de San José
(RV).- Que San José dé a los jóvenes “la capacidad de soñar, arriesgar y aceptar los deberes difíciles vistos en los sueños”. Lo afirmó el Santo Padreen su homilía de la Misa matutina celebrada en la capilla de la Casa de Santa Marta. El Pontífice centró su reflexión en la figura de San José, custodio de las debilidades y del “sueño de Dios”, en el día que la Iglesia festeja su solemnidad.
San José obedece al ángel que se le aparece en sueños y toma consigo a María, embarazada por obra del Espíritu Santo, tal como narra el Evangelio de San Mateo. Un hombre silencioso, pero obediente. José —recordó el Papa— es el hombre que lleva sobre sus hombros promesas de “descendencia, de herencia, de paternidad, de filiación, de estabilidad”:
San José: hombre silencioso y obediente
“Y este hombre, este soñador, es capaz de aceptar este deber, este deber gravoso, y que tiene tanto que decirnos a nosotros en este tiempo de fuerte sentido de orfandad. Y así este hombre toma la promesa de Dios y la lleva adelante en silencio, con fortaleza, la lleva adelante para que sea cumplido lo que Dios quiere”.
San José es un hombre que “puede decir tantas cosas, pero que no habla”, “el hombre escondido”, el hombre del silencio, “que tiene la mayor autoridad en aquel momento sin hacerla ver”. Además, el Papa Bergoglio subrayó que las cosas que Dios confía al corazón de José son “cosas débiles”: “promesas” y una promesa es débil. Y después también el nacimiento del Niño, la fuga a Egipto, situaciones de debilidad. José toma en su corazón y lleva adelante “todas estas debilidades”, como se llevan adelante las debilidades: “con tanta ternura”, “con la ternura con la que se toma en brazos a un niño”:
San José: hombre de la ternura
“Es el hombre que no habla, pero obedece. El hombre de la ternura, el hombre capaz de llevar adelante las promesas para que se vuelvan firmes, seguras; el hombre que garantiza la estabilidad del Reino de Dios, la paternidad de Dios, nuestra filiación como hijos de Dios. A José me gusta pensarlo como al custodio de las debilidades, de nuestras debilidades también: es capaz de hacer nacer tantas cosas bellas de nuestras debilidades, también de nuestros pecados”.
Y José es custodio de las debilidades para que lleguen a ser firmes en la fe. Pero esta tarea la recibió durante un sueño: es un hombre “capaz de soñar”, dijo Francisco. Por lo tanto, es también “custodio del sueño de Dios”: el sueño de Dios que quiere “salvarnos a todos”; el sueño de la redención, que se le confía a él. “¡Grande este carpintero!”, exclamó el Pontífice: silencioso, trabaja, custodia, lleva adelante las debilidades y es capaz de soñar. Una figura, por lo tanto, que tiene un mensaje para todos:
San José: custodio de las debilidades y del “sueño de Dios”
“Yo hoy querría pedir que nos dé a todos nosotros la capacidad de soñar, porque cuando soñamos cosas grandes, cosas bellas, nos acercamos al sueño de Dios, a las cosas que Dios sueña sobre nosotros. Que a los jóvenes les dé —porque él era joven— la capacidad de soñar, de arriesgar y asumir los deberes difíciles que han visto en los sueños. Y que nos dé a todos nosotros la fidelidad que generalmente crece en una actitud justa —él era justo—, crecer en el silencio —pocas palabras— y crecer en la ternura que es capaz de custodiar las propias debilidades y las de los demás”.
(María Fernanda Bernasconi – RV).