Del 25 de julio hasta el 4 de agosto 26 misioneros, estudiantes de diferentes universidades de la capital, realizaron catequesis a los niños y adultos a través del rezo del Santo Rosario y otras actividades solidarias.
Asimismo, llevaron a cabo una encuesta con el fin de conocerlos aún más y saber sus necesidades. Esto servirá para futuras misiones y conseguir información que les permita traer algún tipo de ayuda que ellos necesiten el próximo año.
Para Vanessa Lozano lo que más le impresionó de estas misiones fue “la entrega de ellos y los servicios que les daba. En cada catequesis iba descubriendo a Dios en los niños y necesitados, y en ver cómo estos mensajes se les quedaba grabados”, resalta.
“La humildad y calidez que tienen los pobladores de los lugares que visitamos fue lo que más me impactó en estas misiones”, recuerda Daniel Chávez, quien destaca como experiencia más valiosa “el verme capaz de aportar un poco de fe y catequesis y valores en los niños de los sitios que visitamos”.
Shantall Rodas afirma que estas misiones le cambiaron la vida porque “las condiciones con las que me encontré, como soportar temperaturas bajo cero, tener que levantarnos temprano para salir a censar las casas, procurar estar siempre con buenos ánimos, y más me hicieron aprender a saber desprenderme, especialmente de la comodidad”. Sin embargo, Rodas destaca que “lo que recibes es mucho más. Los niños te ayudan a ver la realidad de un modo diferente y querer ayudar cada vez más pues falta mucho por hacer”.