Mi vida en Xto

Oración del miércoles: «Tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará»

Ciclo A – Tiempo Ordinario – Semana 11 – Miércoles
17 de junio de 2019

oración secreto solitario

+ En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.

Oración inicial

Señor Jesús, te reconozco como mi Maestro. Tú enseñas con autoridad porque eres todo amor y verdad. Ayúdame a saber escucharte en este momento de oración y a poner mi confianza en Ti.

Acto penitencial

(Hago en silencio un breve examen de conciencia de mi último día).

Te pido perdón, Señor, por mis pecados. Ayúdame a confiar en tu amor misericordioso que siempre perdona a quien en verdad se arrepiente, y que así pueda renovarme en la lucha por alcanzar la santidad.

Lectura Bíblica

«Tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará» Mt 6,1-6.16-18.

Tengan cuidado de no practicar su justicia delante de los hombres para ser vistos por ellos: de lo contrario, no recibirán ninguna recompensa del Padre que está en el cielo. Por lo tanto, cuando des limosna, no lo vayas pregonando delante de ti, como hacen los hipócritas en las sinagogas y en las calles, para ser honrados por los hombres. Les aseguro que ellos ya tienen su recompensa. Cuando tú des limosna, que tu mano izquierda ignore lo que hace la derecha, para que tu limosna quede en secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará. Cuando ustedes oren, no hagan como los hipócritas: a ellos les gusta orar de pie en las sinagogas y en las esquinas de las calles, para ser vistos. Les aseguro que ellos ya tienen su recompensa. Tú, en cambio, cuando ores, retírate a tu habitación, cierra la puerta y ora a tu Padre que está en lo secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará. Cuando ustedes ayunen, no pongan cara triste, como hacen los hipócritas, que desfiguran su rostro para que se note que ayunan. Les aseguro que con eso, ya han recibido su recompensa. Tú, en cambio, cuando ayunes, perfuma tu cabeza y lava tu rostro, para que tu ayuno no sea conocido por los hombres, sino por tu Padre que está en lo secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará.

Lectura espiritual breve

Lee esta breve reflexión que te ayudará a profundizar el sentido del Evangelio:

En el Evangelio del día de hoy, pareciera que escuchamos una contradicción. Por un lado, Jesús nos dice que los cristianos estamos llamados a ser la luz del mundo, que una ciudad en la cima de un monte no puede esconderse y que tenemos que predicar en los tejados lo que escuchamos al oído. Pero ahora el Señor nos ha dicho que oremos en lo escondido, que demos limosna en secreto y que ayunemos y que no parezca, así el Padre que ve en lo escondido nos recompensará… ¿Por qué no quiere que se vean estas buenas obras? 

Obviamente Jesús no se refiere a ocultar o tapar las buenas obras. Se refiere más bien a la intención con que se realizan. ¿Nuestra motivación es el deseo de ser alabados y suscitar admiración entre los demás? Esta actitud tiene un nombre: vanagloria. Es buscar glorias vanas, vacías, querer “atrapar vientos” como nos dice el libro del Eclesiastés. Nos quedamos sin nada, vacíos. Los autores espirituales definen la vanagloria como la gran ladrona, porque te impulsa a hacer cosas buenas, te lleva a que las cumplas y al final, cuando ya lo has realizado, te roba todos sus frutos. Ya lo acaba de decir el Evangelio, el que hace todo esto para ser reconocido, ya ha recibido su paga aquí en la tierra. La vanagloria nos roba el gran tesoro, que es el que se acumula en el cielo. 

El vanidoso y el virtuoso realizan las mismas obras buenas. La diferencia no está en la obra, sino en el destinatario: ¿para quién las haces y de quién esperas la recompensa?: ¿de los hombres o de Dios? Renovemos continuamente nuestro amor a Dios, nuestro deseo desinteresado de servir, nuestro deseo de donarnos a los demás y darle gloria a Dios con todas nuestras obras. 

Breve meditación personal

Haz silencio en tu interior y pregúntate:

1.- ¿Qué me dice el evangelio que he leído?

2.- ¿Cómo ilumina mi vida?

3.- ¿Qué tengo que cambiar para ser más como Jesús?

4.- ¿Qué me falta para ser más como Él?

Acción de gracias y peticiones personales

Gracias, Señor Jesús, porque una vez más me enseñas la verdad. Quiero seguir aprendiendo a ser tu discípulo, a escuchar tus enseñanzas, a dejarme asombrar y maravillar por Ti. Te pido que me ayudes a esforzarme especialmente por hacer silencio en mi interior para poder escucharte y poner por obra tu Palabra.

(Si quieres, puedes pedirle al Señor por tus intenciones).

Reza un Padre Nuestro, un Ave María y un Gloria…

Consagración a María

Pidámosle a María que nos acompañe siempre:

Bajo tu amparo nos acogemos,
santa Madre de Dios;
no deseches las oraciones
que te dirigimos
en nuestras necesidades,
antes bien
líbranos de todo peligro,
¡oh Virgen gloriosa y bendita!
Amén.

+ En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.