Ciclo B – Pascua – Semana 05 – Lunes
03 de mayo de 2021
+ En el nombre del Padre y, del Hijo, y del Espíritu Santo: Amén.
Oración Inicial
Señor Jesús, te doy gracias por tener este momento de oración. Yo sé que Tú me quieres, y quieres que yo te conozca cada vez más. Te pido que me ayudes a escuchar tu Palabra y descubriéndote en Ella, pueda seguirte cada día con más ardor, y cada vez más fielmente.
Acto penitencial
Hago en silencio un breve examen de conciencia de mi último día.
Jesús, perdóname por todas las veces que te he rechazado; en las cosas pequeñas y en las grandes; en lo explícito y en lo implícito; en mis pensamientos, mis palabras o mis acciones. Gracias por tu amor infinito. Gracias por que no ves mi pecado, sino mi corazón arrepentido. Gracias Señor por ser tan bueno conmigo.
Lectura Bíblica según el Evangelio del día
“Quien me ha visto a mí ha visto al Padre” Jn 14,7-14
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
“Si me conocéis a mí, conoceréis también a mi Padre. Ahora ya lo conocéis y lo habéis visto.” Felipe le dice:
“Señor, muéstranos al Padre y nos basta.” Jesús le replica:
“Hace tanto que estoy con vosotros, ¿y no me conoces, Felipe? Quien me ha visto a mí ha visto al Padre. ¿Cómo dices tú:
“Muéstranos al Padre”? ¿No crees que yo estoy en el Padre, y el Padre en mí? Lo que yo os digo no lo hablo por cuenta propia. El Padre, que permanece en mí, hace sus obras. Creedme: yo estoy en el Padre, y el Padre en mí. Si no, creed a las obras. Os lo aseguro: el que cree en mí, también él hará las obras que yo hago, y aún mayores. Porque yo me voy al Padre; y lo que pidáis en mi nombre, yo lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo. Si me pedís algo en mi nombre, yo lo haré.”
Lectura Espiritual breve
Lee con atención la siguiente reflexión que te ayudará a profundizar el evangelio:
Si uno estudia un libro de historia o la biografía de un personaje conocido, podría llegar a decir que conoce mucho sobre tal personaje. Sin embargo no es lo mismo decir que uno «conoce sobre» una persona, a decir que uno «conoce a» esa persona. Tener la experiencia de haber conocido, tratado, querido, vivido con alguien hace la gran diferencia.
Hoy Jesús le dice a Felipe: «Tanto tiempo con vosotros y aún no me conoces». Creo que hoy nos podríamos hacer la misma pregunta. Porque conocemos mucho sobre Jesús, pero ¿conocemos a Jesús? ¿Tenemos trato, relación cercana, amistad con el Señor? O también nos podría decir a nosotros: «¿tanto tiempo contigo y aún no me conoces?».
Esta siempre fue una pregunta muy importante para Jesús. Por eso también en otra ocasión, donde aparentemente Felipe también se encontraba, les pregunta a sus apóstoles: «¿Quién dicen Uds que soy yo?». Jesús no pregunta por sus obras, milagros, o mensajes. Pregunta por su identidad, quién es Él para ellos. Así el Señor nos quiere revelar qué es lo central del cristianismo. No es simplemente una moral o código de conducta. Tampoco es simplemente una doctrina que hay que seguir. Ni tampoco somos un grupo de gente que se dedica únicamente a la ayuda social. Ciertamente estas cosas son parte muy importante de la vida del cristiano. Pero en primer lugar y antes que nada, el cristianismo se trata de una persona y el encuentro de cada uno con ella. El cristianismo en primer lugar, es el encuentro y el seguimiento de Cristo. ¿Conoces a Jesús? (Padre Juan José Paniagua)
Breve meditación personal
Haz silencio en tu interior y pregúntate:
1.- ¿Percibo que a veces soy mezquino o egoísta con mi tiempo, con mi servicio, con mis bienes materiales?
2.- ¿Cómo ilumina mi vida?
3.- ¿Qué tengo que cambiar para ser más como Jesús?
4.- ¿Qué me falta para ser más como Él?
Acción de gracias y peticiones personales
Gracias Señor porque todo lo que haces está lleno del más profundo amor hacia todos nosotros. Gracias porque has venido a alimentarnos, con la comida que sacia nuestro hambre de infinito, que es tu Cuerpo y tu Sangre. Gracias por haberme acompañado en esta oración, hoy y siempre me pongo en tus manos.
Amén
Si quieres, puedes pedirle al Señor por tus intenciones.
Reza un Padre Nuestro, un Ave María y un Gloria…
Consagración a María
Pidámosle a María que nos acompañe siempre:
Reina del Cielo, alégrate, aleluya,
porque el Señor, a quien llevaste en tu seno, aleluya,
ha resucitado, según su palabra, aleluya.
Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros, pecadores,
ahora y en la hora de nuestra muerte.
Amén
+ En el nombre del Padre y, del Hijo, y del Espíritu Santo: Amén.