Mi vida en Xto

Oración del viernes: «El que quiera venir detrás de mí, que renuncie a sí mismo, que cargue con su cruz y me siga»

Año C – Tiempo Ordinario – Semana 18 – Viernes
5 de agosto de 2016

campo de trigo 2

+ En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.

Oración inicial

Señor Jesús, que con tu cruz me muestras el camino que debo recorrer para llegar a la resurrección, te pido que me acompañes en este momento de encuentro con tu palabra, que no tenga miedo de seguirte y cargar mi cruz con alegría.

Acto penitencial

Hago en silencio un breve examen de conciencia de mi último día.

Reconozco Señor que soy débil y que muchas veces me rebelo frente al sufrimiento. Ayúdame a mirar tu cruz y aprender de ti a cargarla con alegría. Ayúdame a ver en tu cruz la promesa de la reconciliación y perdón por mis muchos pecados.

Lectura Bíblica: Mt 16,24-28

Entonces Jesús dijo a sus discípulos: «El que quiera venir detrás de mí, que renuncie a sí mismo, que cargue con su cruz y me siga. Porque el que quiera salvar su vida, la perderá; y el que pierda su vida a causa de mí, la encontrará. ¿De qué le servirá al hombre ganar el mundo entero si pierde su vida? ¿Y qué podrá dar el hombre a cambio de su vida? Porque el Hijo del hombre vendrá en la gloria de su Padre, rodeado de sus ángeles, y entonces pagará a cada uno de acuerdo con sus obras. Les aseguro que algunos de los que están aquí presentes no morirán antes de ver al Hijo del hombre, cuando venga en su Reino».

Lectura espiritual breve

Reflexiona con estas palabras:

¿De qué le servirá al hombre ganar el mundo entero, si arruina su vida? La pregunta hecha por Jesús en medio del diálogo con sus apóstoles donde los invita a tomar su propia Cruz y a seguirlo, tiene gran vigencia para nuestro tiempo. Un tiempo donde muchos viven inmersos en la búsqueda de metas personales a diversos niveles sin tener en cuenta la voluntad de Dios para la propia vida. El gran riesgo de esta lógica del éxito individualista es que no solamente rige la vida de aquellos que no creen en Dios o que viven lejos de Él, sino que subyace en la vida de muchos creyentes. Hoy, a la luz de la palabra del Señor puedo preguntarme de fondo sobre lo que me mueve en mi vida: ¿es el servicio?, ¿la entrega a los demás?, ¿la misericordia?, ¿el apostolado?… O más bien ando persiguiendo a toda costa mi realización profesional, el reconocimiento de los demás, los bienes materiales, el placer… La invitación del Señor es clara: “Si alguno quiere venir en pos de Mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz y sígame”.

Breve meditación personal

Haz silencio en tu interior y pregúntate:

  1. ¿Está la voluntad de Dios presente en mi discernimiento sobre las metas que me trazo en mi vida?
  2. ¿Qué significa “ganar el mundo” en este contexto?
  3. ¿Cómo puedo seguir a Jesús con mayor coherencia en este momento de mi vida?

Acción de gracias y peticiones personales

Gracias Señor por tu amor y perdón. Gracias por enseñarme a mirar el horizonte reconciliador de mi sufrimiento. Dame la gracia que necesito para aprender a no desperdiciar los momentos difíciles que tengo que enfrentar cada día, sino más bien unirlos a tu cruz para que den frutos de reconciliación para mí mismo y para tu santa Iglesia. Amén.

Si quieres, puedes pedirle al Señor por tus intenciones.

Reza un Padre Nuestro, un Ave María y un Gloria…

Consagración a María

Pidámosle a María que nos acompañe siempre:

Cuando Tú estás junto a mí me siento confiado y seguro. Tu auxilio maternal me hace experimentar el calor de tu ternura. Acompáñame siempre, ¡oh Santísima! Nunca te alejes de mí, incluso cuando yo me muestre ingrato; apelo a tu comprensión y perdón de Madre. Tu dulce perseverancia será siempre un ardoroso ejemplo y un aliciente para mi fidelidad. Amén.

+ En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.

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