Mi vida en Xto

Oración del sábado: «Nadie puede servir a dos señores»

Año C – Tiempo Ordinario – Semana 11 – Sábado
18 de junio de 2016

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+ En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.

Oración inicial

Señor Jesús, puesto en tu presencia te pido que me ayudes a tener el silencio interior para escuchar tu Palabra y que, atesorándola en mi corazón, busque vivirla cada día con mayor ardor y entrega generosa.

Acto penitencial

Hago en silencio un breve examen de conciencia de mi último día.

Te quiero pedir perdón, Buen Jesús, por mis faltas y pecados. Reconozco lo lejano que a veces está mi corazón del Plan que el Padre tiene para mí. Pero al mirar tu Corazón lleno de amor por nosotros, sé que tu misericordia siempre está presente. Ayúdame a dejarme conducir por Santa María, Madre de la Reconciliación, a tu encuentro misericordioso.

Lectura Bíblica: Mt 6,24-34

Nadie puede servir a dos señores: necesariamente odiará a uno y amará al otro, o bien cuidará al primero y despreciará al otro. Ustedes no pueden servir al mismo tiempo a Dios y al Dinero. Por eso yo les digo: No anden preocupados por su vida con problemas de alimentos, ni por su cuerpo con problemas de ropa. ¿No es más importante la vida que el alimento y más valioso el cuerpo que la ropa? Fíjense en las aves del cielo: no siembran, ni cosechan, no guardan alimentos en graneros, y sin embargo el Padre del Cielo, el Padre de ustedes, las alimenta. ¿No valen ustedes mucho más que las aves? ¿Quién de ustedes, por más que se preocupe, puede añadir algo a su estatura? Y ¿por qué se preocupan tanto por la ropa? Miren cómo crecen las flores del campo, y no trabajan ni tejen. Pero yo les digo que ni Salomón, con todo su lujo, se pudo vestir como una de ellas. Y si Dios viste así el pasto del campo, que hoy brota y mañana se echa al fuego, ¿no hará mucho más por ustedes? ¡Qué poca fe tienen! No anden tan preocupados ni digan: ¿tendremos alimentos? o ¿qué beberemos? o ¿tendremos ropas para vestirnos? Los que no conocen a Dios se afanan por esas cosas, pero el Padre del Cielo, Padre de ustedes, sabe que necesitan todo eso. Por lo tanto, busquen primero su reino y su justicia, y se les darán también todas esas cosas. No se preocupen por el día de mañana, pues el mañana se preocupará por sí mismo. A cada día le bastan sus problemas.

Lectura espiritual breve

Lee este breve texto del Padre Sebastián Correa:

Estamos en una cultura donde los bienes materiales parecen ser lo más importante. Queremos tener la última tecnología, las cosas más bellas y más modernas. Pero el Señor nos invita a preguntarnos dónde está nuestro corazón. Ciertamente no es malo trabajar honestamente para recibir el salario justo y así tener el sustento diario para uno mismo y la familia. Pero el problema es cuando esa necesidad natural de tener los bienes necesarios, se vuelve una prioridad y dejo de buscar al Señor de la Vida. Sin darnos cuenta vamos recorriendo el día a día buscando tener más y más cosas, y nos olvidamos que todas esas cosas perecerán, pues estamos llamados a la Vida Eterna donde iremos sin ninguna de estas cosas materiales.

Es por ello que debemos revisar nuestro corazón y preguntarnos con valentía si efectivamente tenemos puesto el corazón en las cosas materiales. Pues sólo con el corazón puesto en el Señor es que podremos saciar nuestras almas.

Breve meditación personal

Haz silencio en tu interior y pregúntate:

1.- ¿A qué cosas materiales está apegado mi corazón?

2.- ¿Vivo a veces más preocupado del dinero que de mi relación con Dios?

3.- ¿Cómo puedo hacer para que mi corazón esté en Dios y no en lo material?

Acción de gracias y peticiones personales

Gracias Señor por mostrarme la importancia de buscar tu Reino, y de tenerte siempre en mi corazón. Ayúdame a perseverar en mi vida cristiana y a poder vivir con alegría y entrega todo lo que tú me pidas día a día. Gracias Señor por estar conmigo. Amén.

Si quieres, puedes pedirle al Señor por tus intenciones.

Reza un Padre Nuestro, un Ave María y un Gloria…

Consagración a María

Pidámosle a María que nos acompañe siempre:

Santa María, Madre del Señor Jesús y nuestra, obtennos la presencia vivificante del Espíritu, y la gracia de andar siempre por los caminos de Dios. Amén.

+ En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.

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