Año C – Tiempo Ordinario – Semana 10 – Lunes
6 de junio de 2016
+ En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Oración inicial
Señor Jesús, al iniciar este breve momento de oración quiero ponerme en tu presencia y ofrecerte toda mi vida. Gracias Señor por regalarme este espacio en el que renuevo el horizonte de santidad que estoy llamado a alcanzar.
Acto penitencial
Hago en silencio un breve examen de conciencia de mi último día.
Señor Jesús. Te pido perdón de todo corazón por todos mis pecados, especialmente por todos los momentos en que juzgo a mis hermanos y no vivo la misericordia y la caridad. Me confío a tu corazón misericordioso y de Buen Pastor.
Lectura Bíblica: Mt 5,1-12
Al ver a la multitud, Jesús subió a la montaña, se sentó, y sus discípulos se acercaron a Él. Entonces tomó la palabra y comenzó a enseñarles, diciendo: «Felices los que tienen alma de pobres, porque a ellos les pertenece el Reino de los Cielos. Felices los pacientes, porque recibirán la tierra en herencia. Felices los afligidos, porque serán consolados. Felices los que tienen hambre y sed de justicia, porque serán saciados. Felices los misericordiosos, porque obtendrán misericordia. Felices los que tienen el corazón puro, porque verán a Dios. Felices los que trabajan por la paz, porque serán llamados hijos de Dios. Felices los que son perseguidos por practicar la justicia, porque a ellos les pertenece el Reino de los Cielos. Felices ustedes, cuando sean insultados y perseguidos, y cuando se los calumnie en toda forma a causa de mí. Alégrense y regocíjense entonces, porque ustedes tendrán una gran recompensa en el cielo».
Lectura espiritual breve
Nos dice el Padre Sebastián Correa:
Si bien cada uno es único e irrepetible, la experiencia del cristiano tiene elementos que nos unen a todos en el amor de Dios. Nuestro llamado a la comunión y a la felicidad eterna es algo que compartimos todos. De igual modo la experiencia de la cruz es algo que todos experimentamos en medio del mundo. Si bien de distintas formas, es algo que nos une en el misterio de amor que Dios ha tenido con nosotros. La bienaventuranzas marcan la forma y experiencia vital de aquel que vive las propias cruces en medio de la vida, pero con la mirada puesta en el amor de Dios y en la eternidad de la felicidad que Él nos ha prometido. Es una visión esperanzada en medio de las vicisitudes de la vida. Cuando nos toca padecer, nos damos cuenta de que muchos están padeciendo junto a nosotros y eso nos ayuda a comprender de un modo existencial la comunión de la Iglesia. De igual modo, los padecimientos en este mundo nos ayudan a compenetrarnos más con Jesucristo, que sufrió, padeció y dio su vida por cada uno de nosotros, dándole así, un sentido pleno a la experiencia de la cruz que cada uno tendrá en su propio camino.
Breve meditación personal
Haz silencio en tu interior y pregúntate:
1.-¿Qué cruces tengo que cargar en el camino?
2.-¿Con cuál bienaventuranza me identifico más?
3.-¿Cómo me ayudan las bienaventuranzas a acercarme más a Jesús?
Acción de gracias y peticiones personales
Te agradezco Señor por este momento de oración. Gracias por renovarme en mi opción por conformarme contigo. Ayúdame a ser coherente con tu palabra y a anunciarte a mis hermanos, llevando la alegría del don de haberte encontrado.
Si quieres, puedes pedirle al Señor por tus intenciones.
Reza un Padre Nuestro, un Ave María y un Gloria…
Consagración a María
Pidámosle a María que nos acompañe siempre:
Hay tanto que hacer y cada quien tiene su propia tarea en la gesta de nuestro tiempo. Madre Santísima, intercede para que yo reciba la fuerza y el aliciente para cooperar con la gran tarea de cambiar este mundo nuestro poniendo mi grano de arena, que bien podría hacer la diferencia. Amén.
+ En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.