Mi vida en Xto

Oración del miércoles: «Si tu hermano peca, ve y corrígelo en privado»

Ciclo A – Tiempo Ordinario – Semana 19 – Miércoles
16 de agosto de 2017

+ En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.

Oración inicial

Señor Jesús, puesto en tu presencia te pido que me ayudes a tener el silencio interior para escuchar tu palabra y que, atesorándola en mi corazón, busque vivirla cada día con mayor ardor y entrega generosa.

Acto penitencial

Hago en silencio un breve examen de conciencia de mi último día.

Te quiero pedir perdón, buen Jesús, por mis faltas y pecados. Reconozco cómo muchas veces dejo de amar a mi prójimo y me dejo llevar por el egoísmo y la mezquindad. Confío en que tu misericordia es más grande que mi pecado, y te pido de todo corazón que me ayudes a convertirme.

Lectura Bíblica

«Si tu hermano peca, ve y corrígelo en privado» Mt 18,15-20

Si tu hermano peca, ve y corrígelo en privado. Si te escucha, habrás ganado a tu hermano. Si no te escucha, busca a una o dos personas más, para que el asunto se decida por la declaración de dos o tres testigos. Si se niega a hacerles caso, dilo a la comunidad. Y si tampoco quiere escuchar a la comunidad, considéralo como pagano o publicano. Les aseguro que todo lo que ustedes aten en la Tierra, quedará atado en el Cielo, y lo que desaten en la Tierra, quedará desatado en el Cielo. También les aseguro que si dos de ustedes se unen en la Tierra para pedir algo, mi Padre que está en el Cielo se lo concederá. Porque donde hay dos o tres reunidos en mi Nombre, yo estoy presente en medio de ellos.

Lectura espiritual breve

Lee este breve texto de Benedicto XVI:

El texto del Evangelio, tomado del capítulo 18 de San Mateo, dedicado a la vida de la comunidad cristiana, nos dice que el amor fraterno comporta también un sentido de responsabilidad recíproca, por lo cual, si mi hermano comete una falta contra mí, yo debo actuar con caridad hacia él y, ante todo, hablar con él personalmente, haciéndole presente que aquello que ha dicho o hecho no está bien. Esta forma de actuar se llama corrección fraterna: no es una reacción a una ofensa recibida, sino que está animada por el amor al hermano. Comenta San Agustín: «Quien te ha ofendido, ofendiéndote, ha inferido a sí mismo una grave herida, ¿y tú no te preocupas de la herida de tu hermano?… tú debes olvidar la ofensa recibida, no la herida de tu hermano»… Todo esto indica que existe una corresponsabilidad en el camino de la vida cristiana: cada uno, consciente de sus propios límites y defectos, está llamado a acoger la corrección fraterna y ayudar a los demás con este servicio particular.

Breve meditación personal

Haz silencio en tu interior y pregúntate:

1. ¿Qué me dice el Evangelio que he leído?

2. ¿Cómo ilumina mi vida?

3. ¿Qué tengo que cambiar para ser más como Jesús?

Acción de gracias y peticiones personales

Gracias Señor por mostrarme la importancia de vivir la auténtica caridad cristiana que se basa en la verdad, el amor y el compromiso. Ayúdame a aprender de Ti a ser buen hermano y compañero en el caminar cristiano. Amén.

Si quieres, puedes pedirle al Señor por tus intenciones.

Reza un Padre Nuestro, un Ave María y un Gloria…

Consagración a María

Pidámosle a María que nos acompañe siempre:

Bajo tu amparo nos acogemos,
santa Madre de Dios;
no deseches las oraciones
que te dirigimos
en nuestras necesidades,
antes bien
líbranos de todo peligro,
¡oh Virgen gloriosa y bendita!
Amén.

+ En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.

Lecturas de la Misa del día