Transcripción del audio:
Que tal amigos, esto es Familiaris. Yo soy Edgardo. Yo soy Erica. Y vamos a seguir meditando en la virtud de la fidelidad. El tema de esta semana es ser fieles al compromiso que hicimos. Si estás escuchando este audio seguramente es porque quieres hacer algo para mejorar tu relación con tu pareja, para mejorar tu relación con el Señor, y seguramente Él lo valora y lo recompensará.
Sin duda la fidelidad es una de las virtudes más valiosas del ser humano, ser fiel a tus creencias, a tus ideales, a tus valores, a tus compromisos, yo creo que es lo que nos mide, quiénes somos, cómo nos vemos y cómo también nos ven los demás. Y seguramente ustedes han podido ver cómo a veces en un grupo de amigos, especialmente varones, cuando se sabe que uno ha sido infiel a su pareja, muy pocos se atreven a recriminarlo, a hacerle ver que está poniendo en peligro su matrimonio, y algunas veces esa persona es ensalzada, su actitud es tomada como algo bueno, como una proeza, y eso muestra que nuestra sociedad no ayuda muchas veces a que seamos fieles. Claro, por eso es importante que nos formemos, que leamos, que reflexionemos sobre qué cosa es lo que a mi me aleja de ser fiel, así como las empresas plantean sus planes estratégicos para asegurar su rentabilidad, en nuestro matrimonio también debemos plantear esas estrategias, para mejorar como personas, como esposos, crecer mutuamente, y así asegurar nuestra felicidad en el matrimonio.
Preguntarnos de repente, hace cuanto tiempo no nos vamos de retiro, hace cuanto tiempo no hacemos nuestras renovaciones de las promesas matrimoniales, ese tipo de momentos en donde podemos mirar en perspectiva nuestro matrimonio, ver hacia donde va. Tener en cuenta que es un proyecto conjunto, el matrimonio es algo que hemos asumido dos, y por ende los dos tenemos que ver qué cosas hacemos, qué acciones tomamos para crecer, para mantenernos unidos y para caminar finalmente al mismo paso en este camino. Y es un camino que a veces cuando vemos esposos viejitos que duran muchos años nos imaginamos que es un camino larguísimo, pero en el fondo es un camino de día a día. El Papa Francisco es un discurso de unos novios, decía que el casado, además de rezar por el Pan Nuestro de cada día, debían pedir por el amor de cada día, porque justamente es lo principal que necesitamos entre los esposos, cada día, amarnos de manera fiel.
Por eso cuando pidamos a Dios, no solo pidamos por nuestra salud, por nuestros hijos y nuestra familia, sino porque nos acompañe en el camino del matrimonio, que no siempre es fácil. Y aprovechar para pedirle a San José que nos conceda de la virtud de la castidad. Se habla mucho de la castidad entre los jóvenes, pero de repente muy poco sobre la castidad conyugal, que es vivir un amor puro, sin egoísmo, un amor verdadero, y quizá sea concreto no solamente en la fidelidad, mi cónyuge, sino también viviendo la pureza dentro de nuestras relaciones sexuales, no tratando a nuestra pareja como un objeto de placer. Vivir la castidad es vivir un amor puro, un amor verdadero.
Y para ser fieles al compromiso que hicimos, que es el tema de esta semana, los invitamos a revisar los compromisos que nos envían diariamente y ver los medios concretos. hay varias ideas que se pueden aplicar el día a día. Y de repente compartirlo con nuestro esposo, con nuestra esposa, de repente solamente una persona está siguiendo Familiaris, y sería interesante no solamente leerlos para crecer uno mismo, sino compartirlo con el otro. Y difundirlo con sus amigos, para que también puedan crecer en el amor.
Bueno amigos, muchas gracias por escucharnos, somos Edgardo y Erica, esto es Familiaris, y los esperamos en una próxima oportunidad.