Mi vida en Xto

Oración del lunes: “No juzguen, para no ser juzgados”

Año C – Tiempo Ordinario – Semana 12 – Lunes
20 de junio de 2016

mano acusadora

+  En el nombre del Padre y, del Hijo, y del Espíritu Santo: Amén.

Oración inicial

Señor Jesús, te doy gracias por tu inmenso Amor, y porque me permites estar otra vez en tu presencia para escuchar tu palabra. Ayúdame a acogerla con humildad para que pueda transformar mi vida.

Acto penitencial

Hago en silencio un breve examen de conciencia de mi último día.

Perdóname Señor por todas mis faltas, especialmente por aquellas con las que atento contra la caridad y dejo de ver a los demás como mis hermanos. Ayúdame a acogerme a tu infinita misericordia y a aprender de Ti a ser «manso y humilde corazón».

Lectura bíblica del Evangelio del día

“No juzguen, para no ser juzgados” (San Mateo 7,1-5)

No juzguen, para no ser juzgados. Porque con el criterio con que ustedes juzguen se los juzgará, y la medida con que midan se usará para ustedes. ¿Por qué te fijas en la paja que está en el ojo de tu hermano y no adviertes la viga que está en el tuyo? ¿Cómo puedes decirle a tu hermano: ‘Deja que te saque la paja de tu ojo’, si hay una viga en el tuyo? Hipócrita, saca primero la viga de tu ojo, y entonces verás claro para sacar la paja del ojo de tu hermano.

Lectura espiritual breve

El Padre Sebastián Correa nos dice: 

Muchas veces caemos en juzgar a nuestro prójimo. Y podemos hacerlo de dos formas: o lo juzgamos en nuestro interior o hablamos mal de él a sus espaldas manifestándole a terceras personas sus defectos. Creemos que, porque sus defectos o pecados son reales, tenemos el derecho de juzgarlo y difamarlo ante los demás. Ante eso San Juan Clímaco nos da un gran consejo, que nos ayuda a vivir realmente el amor al prójimo: “Si le amas, tal como dices, ora en secreto por él y no te burles de este hombre. Es esta la manera de amar que agrada al Señor; no pierdas esto de vista, y vigilarás cuidadosamente para no juzgar a los pecadores”. Siempre es más fácil quejarse y hablar mal. Pero la misión del cristiano es vivir el amor. Si vemos a alguno de nuestros hermanos caer, nosotros debemos rezar por él y animarlo en el combate: “Ánimo hermano, recuerda que el camino cristiano no es de los que no se caen, sino de aquellos que cayéndose son capaces de confiar en la gracia de Dios y ponerse pie”. Vivir esta actitud no solo ayudará a aquel que está en el error, sino también nos ayudará a nosotros a vivir más auténticamente el amor y a crecer en la virtud.

Breve meditación personal

Haz silencio en tu interior y pregúntate:

1.- ¿Suelo juzgar a alguna persona en particular?

2.- ¿Cuál es mi actitud al constatar los errores y pecados del prójimo?

Acción de gracias y peticiones

Te doy gracias Señor por enseñarme a vivir el camino de la humildad y la caridad. Ayúdame a aprender a mirarme a mí mismo cada vez con más misericordia, para que esta sea mi mirada hacia mis hermanos. Enséñame, Señor, a aprender de Ti a amar a mis hermanos con tu amor y no encerrarme en mi egoísmo, negándome a vivir la hermosa experiencia de comunión a la que me invitas.  Amén.

Si quieres, puedes hacer pedirle al Señor por tus intenciones.

Reza un Padre Nuestro, un Ave María y un Gloria...

Consagración a María

Termina esta oración rezándole a Santa María.

¡Cuando Tú estás junto a mí
me siento confiado y seguro.
Tu auxilio maternal
me hace experimentar
el calor de tu ternura.
Acompáñame siempre,
¡oh Santísima!
Nunca te alejes de mí,
incluso cuando yo
me muestre ingrato;
apelo a tu comprensión
y perdón de Madre.
Tu dulce perseverancia
será siempre
un ardoroso ejemplo
y un aliciente para mi fidelidad.
Amén.

+  En el nombre del Padre y, del Hijo, y del Espíritu Santo: Amén.

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