Mi vida en Xto

Oración del sábado: “Estén prevenidos y oren incesantemente”

Año B – Tiempo Ordinario – Semana 34 – Sábado

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+  En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.

Oración inicial

Señor Jesús, en este momento de oración te pido que me ayudes a entrar en tu presencia. Sé que muchas veces el ruido de mi vida cotidiana me hace difícil escucharte, pero en este día quiero disponerme por completo para oír tu Palabra, y dejar que entre en mi interior y me transforme.

Acto penitencial

Hago en silencio un breve examen de conciencia de mi último día.

Jesús, sé también que muchas veces me alejo de Ti, que no te amo sobre todas las cosas, que el mundo y las cosas que pasan me distraen y no me decido a darlo todo por Ti. Quiero pedirte que me des la fuerza para perseverar siempre y que renovado por tu perdón siga siempre con esperanza el camino hacia la santidad.

Lectura Bíblica según el Evangelio del día

“Estén prevenidos y oren incesantemente” (Lc 21, 34-36).

Tengan cuidado de no dejarse aturdir por los excesos, la embriaguez y las preocupaciones de la vida, para que ese día no caiga de improviso sobre ustedes como una trampa, porque sobrevendrá a todos los hombres en toda la tierra. Estén prevenidos y oren incesantemente, para quedar a salvo de todo lo que ha de ocurrir. Así podrán comparecer seguros ante el Hijo del hombre”.

Lectura espiritual breve

Escuchemos lo que nos dice Santa Teresa del niño Jesús:

¡Oh, Dios mío, Trinidad Bienaventurada!, deseo amaros y haceros amar, trabajar por la glorificación de la Santa Iglesia, salvando las almas… Deseo cumplir perfectamente vuestra voluntad y alcanzar el puesto de gloria que me habéis preparado en vuestro reino. En una palabra, deseo ser santa, pero siento mi impotencia y os pido, ¡oh, Dios mío!, que seáis vos mismo mi santidad. Os doy gracias, ¡oh, Dios mío!, por todos los favores que me habéis concedido. En el último día, os contemplaré con alegría, llevando el cetro de la cruz. Puesto que os habéis dignado darme en lote esta cruz preciosa, espero parecerme a vos en el cielo y ver brillar sobre mi cuerpo glorificado los sagrados estigmas de vuestra Pasión… Después del destierro de la tierra, espero ir a gozar de vos en la Patria, pero no quiero amontonar méritos para el cielo, sólo quiero trabajar por vuestro amor, con el único fin de complaceros, de consolar a vuestro Sagrado Corazón y de salvar almas que os amen eternamente. En la tarde de esta vida, compareceré delante de vos con las manos vacías, pues no os pido, Señor, que contéis mis obras. Todas nuestras justicias tienen manchas a vuestros ojos. Quiero, por eso, revestirme de vuestra propia Justicia, y recibir de vuestro amor la posesión eterna de vos mismo. No quiero otro trono y otra corona que a Vos, ¡oh Amado mío! A vuestros ojos el tiempo no es nada, un solo día es como mil años; podéis, pues, prepararme en un instante, a comparecer delante de vos…

Breve meditación personal

Haz silencio en tu interior y pregúntate:

1. ¿Qué me dice el evangelio que he leído?

2. ¿Cómo ilumina mi vida?

3. ¿Qué tengo que cambiar para ser más como Jesús?

Acción de gracias y peticiones personales

Estoy muy agradecido Señor porque en la oración veo mi vida renovada. Ayúdame a vivir siempre atento, vigilante, listo para el día de tu venida. Y que un día pueda ver realizado ese deseo tan grande que hay en mi corazón, que es vivir para siempre en comunión a tu lado.

Si quieres, puedes pedirle al Señor por tus intenciones.

Reza un Padre Nuestro, un Ave María y un Gloria…

Consagración a María

Pidámosle a María que nos acompañe siempre:

Salve, Reina de los Cielos
y Señora de los ángeles;
salve raíz, salve puerta,
que dio paso a nuestra luz.

Alégrate, Virgen gloriosa,
entre todas la más bella;
salve, agraciada doncella,
ruega a Cristo por nosotros.

+  En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.

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