Año B – Adviento – Semana 2 – Miércoles
13 de diciembre de 2017
+ En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Oración inicial
Buen Jesús, en este día quiero ponerme en tus manos, quiero pedir tu presencia en mi vida, porque sé que el mundo me ofrece muchas cosas, pero sólo Tú me das la vida auténtica que busco. Que esta oración me ayude a quererte cada vez más, para que nada me aparte de Ti.
Acto penitencial
(Hago en silencio un breve examen de conciencia de mi último día).
Quiero reconocer en tu presencia buen Jesús, que soy pecador. Soy consciente de mis faltas y pecados, de mi falta de amor. Pero sé también de tu misericordia infinita. Sé que has venido a salvar y no a condenar. Ayúdame a acogerme a tu perdón y dejarme sanar por tu abrazo misericordioso.
Lectura Bíblica según el Evangelio del día
«Vengan a mí todos los que están afligidos y agobiados, y yo los aliviaré» (Mt 11,28-30)
Vengan a mí todos los que están afligidos y agobiados, y yo los aliviaré. Carguen sobre ustedes mi yugo y aprendan de mí, porque soy paciente y humilde de corazón, y así encontrarán alivio. Porque mi yugo es suave y mi carga liviana.
Lectura espiritual breve
Lee con atención la siguiente reflexión:
Decía San Agustín que a un ave, si le quitas las alas, podría parecer que le estás quitando un peso de encima. Pero en realidad la haces más lenta y pesada y la pegas más al suelo. En cambio si le devuelves el peso de sus alas, la haces ligera y capaz de volar muy alto. Así es el yugo de Jesús, pues es un yugo que pesa, pero que nos hace ligeros. ¿Cuál es ese yugo que Jesús nos invita a cargar? El mandamiento del amor. Amar es esa carga que Jesús nos invita amorosamente a llevar sobre nuestros hombros. Amar a nuestros hermanos, servir, gastar y desgastarnos día a día. Ciertamente nos agota, nos sobrepasa, nos exige muchísimo. Pero amar a los demás con el amor de Jesús es lo que realmente nos hace ligeros, nos hace grandes, nos permite vivir una vida plena. Por el contrario, lo que hace pesada nuestra vida es no querer amar, ser egoístas, vivir sólo para nosotros mismos. ¡Carguemos el yugo suave de Jesús!
Breve meditación personal
(Haz silencio en tu interior y pregúntate:)
1.- ¿Qué me dice el evangelio que he leído?
2.- ¿Cómo ilumina mi vida?
3.- ¿Qué tengo que cambiar para ser más como Jesús?
4.- ¿Qué me falta para ser más como Él?
Acción de gracias y peticiones personales
Gracias Jesús por tu amor tan grande, porque has venido a salvarme, porque me señalas el camino de la vida constantemente y te ofreces para sostenerme en este peregrinar. Ayúdame a cumplir con generosidad mis compromisos, para que así toda mi vida sea una manifestación de mi amor hacia Ti. Amén
(Si quieres, puedes pedirle al Señor por tus intenciones).
Reza un Padre Nuestro, un Ave María y un Gloria…
Consagración a María
Termina esta oración rezándole a María:
Bajo tu amparo nos acogemos,
santa Madre de Dios;
no deseches las oraciones
que te dirigimos
en nuestras necesidades,
antes bien
líbranos de todo peligro,
¡oh Virgen gloriosa y bendita!
Amén.
+ En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.